El gobierno negó fondos al español que inspiró a las ganadoras del Princesa de Asturias

    • Las dos ganadoras del premio Principe de Asturias de este año,la estadounidense Jennifer Doudna y la francesa Emmanuelle Charpentier, usaron una técnica que tendría su origen en un investigador español.
    • Sin embargo, el investigador, Francisco Juan Martínez Mójuca, no recibió financiación del Ministerio durante los años que investigó.
Desvelan las dificultades de producir células del intestino, hígado y páncreas a partir de células madre
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Es un proyecto español que inspiró el ahora ganador del premio Princesa de Asturias. Y, sin embargo, hace unos años el propio gobierno español le denegó fondos para investigar. Según informa el diario El Mundo, las dos ganadoras del premio de este año,la estadounidense Jennifer Doudna y la francesa Emmanuelle Charpentier,especialistas en bioquímica y genómica, usaron una técnica que tendría su origen en un investigador español, Francisco Juan Martínez Mójica.

Así, fue el español el primero en fijarse en unos fragmentos genéticos presentes en las bacterias y en los que nadie se había fijado desde que en 1987 se descubrieron en laEscherichia coli.

"En 1993 vi además que estaban presentes en las arqueas de salinas [organismos unicelulares] y también en bacterias de todo tipo de ambientes. Pregunté en muchos congresos y nadie me sabía decir. Cuando se empezaron a secuenciar genomas de bacterias, seguí investigando y vi que estaban ahí. Y era raro porque una bacteria no mantiene algo que no sea relevante", señala al diario El Mundo desde la Universidad de Alicante.Continuó investigando, pero su descubrimiento no pareció llamar la atención delMinisteriode Educación y Ciencia como merecedora de sus fondos. "Al principio fue frustrante, pues la mayoría de los años no recibí financiación. Pero ver que tenía razón, que ha sido como pensaba, y que haya generado estos frutos es una gran recompensa", asegura al diario el investigador.Está orgulloso de su trabajo, y de que haya desembocado en numerosas investigaciones. Así, ayudó al trabajo de Doudna y Charpentier. Cuyo trabajo, a su vez, ha permitido quecientos de laboratorios se interesen por la técnicaCRISPR-Cas9 debido a sus múltiples aplicaciones. Su trabajo, explica Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), ha puesto en manos de la ciencia una herramienta que permite, de una forma versátil, sencilla y barata, "modificar los genes a voluntad, con una precisión que desconocíamos".

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