Las 500 supercomputadoras más "verdes"

  • Aunque no esté del todo claro si "lo verde" pasará de moda a tendencia en el campo de la tecnología y los gadgets, en el área de la supercomputación el consumo y la eficiencia energética ya son un factor en los ránkings de los ordenadores más poderosos del planeta.
Green500, la lista de ordenadores «más verdes»
Green500, la lista de ordenadores «más verdes»
Green500.org
Alvy / Microsiervos

Hace décadas, la potencia de los ordenadores se podía medir por las toneladas que pesaban, la candidad de habitaciones que necesitaban y los litros y litros de regrigerante, ya fuera agua o nitrógeno líquido, que consumían para enfriarse. Luego llegó la época en que lo más importante era prioritariamente la potencia de cálculo: cuántas operaciones podían realizar por segundo; cualquier otra consideración era secundaria, aunque aquello desprendiera un calor digno de los altos hornos y necesitara megavatios de potencia para funcionar. En la actualidad nos encontramos en un término medio,: un mundo en el que el poderío tecnológico de las supercomputadoras es importante pero en el que también son factores relevantes el consumo energético y las necesidades de refrigeración.

Aparte del creciente coste de la energía eléctrica que los hace funcionar, necesaria tanto para ponerlos en marcha como para refrigerarlos (más o menos mitad y mitad), los expertos han calculado que por cada diez grados que aumenta la temperatura el número de fallos de uno de estos sistemas se duplica.

De modo que ahora consumo energético es uno de los factores que forman parte de la clasificación de la lista Green500, una iniciativa esposorizada por Supermicro –y similar a la conocida Top500 de superordenadores mundiales– pero con los factores energéticos incluidos en el cálculo del ránking. El valor principal utilizado en esta lista es FLOPS-por-vatio, o número de operaciones de coma flotante por segundo que se pueden realizar con un vatio de potencia. La última edición es la lista de junio de 2010, encabezada por tres sistemas Cluster QPACE SFB TR con procesadores PowerXCell 8i de IBM, que alcanzan los 773 megaFLOPS/W. El gigante IBM ocupa 17 de las 20 posiciones, y de hecho últimamente ha recuperado algunas tradiciones como la de refrigerar los superordenadores con agua para mantenerse puntero en este campo.

Por otro lado, un grupo de ingenieros denominado HPC (High-Performance Challenge, "Competición de Alto Rendimiento") trabaja en ideas para crear diseños más eficientes y explorar los retos a los que se enfrentarán en el futuro en términos de consumo y disipación de calor. Actualmente intentan acercarse a la llamada computación de exaescala, equivalente a un trillón de operaciones por segundo. Han calculado que si se llegara a esa escala con la tecnología actual el superordenador consumiría entre 100 y 200 megavatios –la electricidad que genera una pequeña central eléctrica–y la "factura de la luz" sería de unos 100 millones de dólares anuales, un precio un tanto prohibitivo. El reto consiste pues en multiplicar por cien la potencia de cálculo mientras que sólo se multiplique por diez o un factor menor la energía necesaria para llegar hasta ella.

Mostrar comentarios