Las avutardas eligen su hábitat según el desarrollo de los paisajes agrarios

  • Las avutardas pueden variar la elección de su hábitat en función de los cambios locales en los usos del suelo.

Madrid, 28 oct.- Las avutardas pueden variar la elección de su hábitat en función de los cambios locales en los usos del suelo.

Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio en el que han participado dos investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el área esteparia del Campo de Calatrava, una zona de especial protección para las aves en la provincia de Ciudad Real.

La investigación comparó el comportamiento de las avutardas, especie amenazada por la velocidad a la que están cambiando los paisajes agrícolas, de los que dependen, en dos áreas: una zona afectada por la construcción de infraestructuras, un aeropuerto, y otra zona contigua con actividad agrícola extensiva.

En ambos sectores, las aves evitaron los campos labrados y escogieron los destinados al barbecho, aunque este patrón fue más marcado en la zona con infraestructuras.

En esa zona, donde se abandonó el cultivo por la construcción de instalaciones aeroportuarias, las avutardas se alejaron de carreteras, caminos y edificaciones más de lo que lo hicieron en la zona control, sobre todo en la zona más próxima al aeropuerto, donde se había producido una mayor alteración en el uso del suelo.

Según el estudio, publicado en la revista Bird Conservation International, estos cambios en los patrones de comportamiento de las avutardas pueden reducir la eficacia de las medidas de conservación establecidas por la Unión Europea para esta especie y otras aves ligadas a medios agrícolas.

"El hecho de que la selección de hábitat de las avutardas cambie localmente en función de usos humanos distintos de los agropecuarios hace que las medidas de conservación basadas en promocionar usos agropecuarios compatibles con la conservación de estas aves pueden no ser efectivas si se aplican en zonas próximas a infraestructuras", asegura el investigador del CSIC Mario Díaz, del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Por tanto, las medidas agroambientales de la Política Agraria Común -principal herramienta para la preservación de la diversidad biológica en Europa- "no deberían emplearse, por ejemplo, como medidas correctoras o compensatorias de los efectos de nuevas infraestructuras, y su aplicación debería estar condicionada al desarrollo actual y futuro de las redes de infraestructuras".

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