Las medidas para reinsertar al niño agresor de Barcelona incluyen el cambio de residencia y entorno social

    • El menor que asesinó a un profesor en Barcelona será ingresado en un centro de menores y después tendrá que afrontar una difícil reinserción en la sociedad.
    • "El hecho de volver a enfrentarse a la vida cotidiana va a ser difícil. Puede que un cambio de domicilio sea bueno para todos", afirma Valentín Martínez-Otero, psicólogo educativo y pedagogo de la Universidad Complutense de Madrid.
El alumno agresor ha pasado la noche en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona
El alumno agresor ha pasado la noche en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona
P. A. S.

La muerte de un profesor de Ciencias Sociales a manos de un alumno en el instituto Joan Fuster han escandalizado a toda España. Tras el asesinato, el niño de 13 años, que cursaba segundo de la ESO y no puede ser juzgado, ingresará en un centro de menorescon el objetivo de promover cambios cognitivos y que la reinserción en la sociedad no suponga un drama.

Pero, ¿cómo podrá volver a pisar el vecindario un niño que ha matado a sangre fría?"La reinserción en la sociedad es complicada, eso es indiscutible. Es un proceso muy largo y no hay más remedio que afrontarlo. La gente, lógicamente, tendrá inquietud. Lo que se hace en estos casos es cambiar de domicilio. No es extraño que, por así decirlo, un cambio de identidad se plantee como alternativa e incluso puede que sea una buena solución para todos. Habrá que seguir el proceso de forma gradual y ver lo que recomiendan. Los recelos van a estar ahí, por parte del vecindario y la comunidad más próxima", afirma a este periódico Valentín Martínez-Otero, psicólogo educativo y pedagogo de la Universidad Complutense de Madrid.

Este premisa será difícil de afrontar pero antes tendrá que estar internado "durante un largo periodo de tiempo" en un centro de menores para "promover cambios a nivel cognitivo". "Hay que hacer una evaluación psicológica exhaustiva personalizada para después adecuar un tratamiento psicológico y educativo que mejor proceda y se ajuste a su caso. Hay que promover cambios conductuales en una marco de colaboración con la familia", esgrime.¿Y qué pasa con la familia?

Otra de las incógnitas que nos deja este crimen atroz es: ¿qué pasará con la familia?"También debe recibir atención psicológica. Es parte del proceso. En un hecho muy traumático, muy difícil de encajar. Aflorarán sentimientos y hay que darles una orientación. Tienen que cooperar para dirigir el proceso de reeducación. Es normal que alberguen sentimientos muy poderosos y de diversa índole. Lo razonable es pensar que tengan sentimientos de culpa y miedo. Tiene que recibir una orientación", apostilla.

Durante los aproximadamente tres años que permanecerá encerrado en el centro de menores el periodo de tiempo en el que esté encerrado en el centro de menores, el niño de 13 años seguirá siendo protagonista a pesar de estar enclaustrado. "Su caso es famoso. Será objeto de las miradas de los compañeros pero su reinserción en el centro es distinta. Porque ahí se dan cita una serie de problemáticas y habrá un cierto control y supervisión sobre su persona. Hay que confiar en el tratamiento para que el chico tenga una vida lo más placentera posible", finaliza."Un cambio de residencia sería positivo"

Para Irene López Assor, profesora de psicología y grafóloga, "un cambio de residencia sería positivo para empezar de cero". "Un cambio de residencia es positivo porque le da la oportunidad de partir de cero sin el juicio social, pero si no se trabaja o descubre las causas de su agresión, no sirve de nada, porque volverá a actuar en poco tiempo. No es sólo una agresión a una persona, es a toda una comunidad que queda impactada y en estado de shock, aclara a este medio.

"La recuperación no solo depende del centro de menores, sino del diagnóstico que tenga el menor, habrá que determinar si en su conducta exista alguna patología. Por otro lado el centro de menores dispone de una infraestructura multidisciplinar que implica a profesionales como psiquiatras, psicólogos o asistentes sociales", esgrime.

Para la psicóloga, "la atención familiar es imprescindible y hay que trabajar en ella las pautas de recompensas y castigos" para que el menor pueda tener una mejor reinserción en la sociedad. "Cuánto más temprano sea la edad del menor mejor será su reinserción. Es una labor tanto social como familiar. Normalmente el problema es que los menores provienen de lugares poco adecuados donde la violencia es lo normal y entra dentro de lo cotidiano.Puede tardar varios años", afirma.

Por último, López Assor creo que el niño agresor no tendrá ningún problema con otros pacientes en el centro de menores. "Suelen estar bastante bien controlados, y los profesionales del centro de menores, tienen todo bastante bien estudiado. Es misión de los tutores del centro informar y formar al menor en esta que empieza a ser su nueva vida, pero que sólo tendrá resultado si se implica", apostilla."Los enfermos mentales son poco peligrosos"

Para Lluis Borras el niño agresor de Barcelona "ha sufrido un brote psicótico y tiene que ser tratado y controlados por los médicos". "Este tipo de personas suelen tener buen pronóstico en cuento a criminalidad, normalmente son personas que no están tratadas ni controladas. En el momento que son controlados no pasad nada", aclara.

Para el psiquiatra y profesor "la sociedad se tiene que quitar el miedo porque los enfermos mentales son poco peligrosos". "El problema es que cuando hacen algo llamativo sus actos tienen una gran repercusión y se entera todo el mundo a través de los medios de comuniación", esgrime.

"También habría como es la familia, si sus padres se preocupan de él, si son buena gente, si tienen grados de enfermedad. No sabemos como son, igual no son muy adecuados. Puede que tengan un sentimiento de culpa y tengan miedo al hijo. El chico será tratado y controlado con la medicación que tiene que estar dos años medicado. Ojalá no tenga ningún brote más. Si está medicado y controlado su peligrosidad desaparecerá", apuntilla.

Lluis Borras lo tiene claro: "Hay que medicarlo dos años y si no aparece ningún brote más cesará la medicación. Es una conducta muy extraña, suele ser un brote psicótico. De esto no hay que echar la culpa a nadie, brotes hay en muchas familias. Es una mente enferma que no funciona bien. Estas cosas pasan y pasarán".

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