Noruega recuerda la hazaña de Amundsen en el Polo Sur en su centenario

  • Noruega recordó hoy la llegada del explorador Roald Amundsen al Polo Sur, cuando se cumplen cien años de la hazaña, con actos de homenaje por todo el país y en la propia Antártida.

Copenhague, 14 dic.- Noruega recordó hoy la llegada del explorador Roald Amundsen al Polo Sur, cuando se cumplen cien años de la hazaña, con actos de homenaje por todo el país y en la propia Antártida.

Hasta allí se desplazó el primer ministro, Jens Stoltenberg, quien presidió una ceremonia conmemorativa junto con otras autoridades y con los científicos destinados en la estación estadounidense Amundsen-Scott.

"Estamos aquí para celebrar una de las hazañas más grandes en la historia de la humanidad", dijo el primer ministro Jens Stoltenberg en declaraciones recogidas por la agencia NTB.

Stoltenberg descubrió un busto de hielo del homenajeado, que tal día como hoy hace cien años culminó con éxito, junto a otros cuatro aventureros noruegos, la carrera por ser el primero en llegar al Polo Sur que disputaba a la expedición británica de Richard Scott.

"La expedición polar de Roald Amundsen contribuyó a formar la nueva identidad nacional de Noruega", resaltó Stoltenberg, que recorrió a pie los últimos seis kilómetros hasta el Polo Sur.

El primer ministro noruego, segundo jefe de Gobierno en visitar el punto más austral del planeta, se encontró con los miembros de la expedición de su país que ha repetido por primera vez el itinerario de Amundsen, aunque no en trineo, sino sobre esquís, ya que ahora está prohibido introducir especies foráneas en la Antártida.

La expedición, sufragada por las autoridades noruegas, pretendía recorrer cerca de 1.400 kilómetros en 57 días, pero problemas meteorológicos provocaron un retraso de dos semanas que obligó a recortar el descanso y aumentar la distancia diaria, e hizo que dos de sus cuatro componentes optaran por no hacer la parte final.

El director del Instituto Polar Noruego, Jan-Gunnar Winther, recordó que Amundsen se introdujo en un terreno "completamente desconocido y con una presión sobrehumana", embarcado en una competición directa con Scott por el éxito o el fracaso.

Scott, que llegó al objetivo días más tarde que Amundsen y falleció en el viaje de vuelta al igual que sus hombres, será también recordado siempre, dijo Stoltenberg, "por su valor y por su decisión por alcanzar el lugar más inhóspito de la Tierra".

El primer ministro noruego aprovechó para defender el carácter internacional de la Antártida, donde son visibles los efectos del cambio climático, un fenómeno que habrá que derrotar con un esfuerzo "extraordinario", como el que hicieron en su día Amundsen y Scott.

A miles de kilómetros de allí y varias horas después, por la diferencia horaria, el país de origen de Amundsen comenzó también a celebrar este especial jornada, con la que se cierran los homenajes al pionero del Polo Norte y al otro gran explorador polar noruego, Fridtjof Nansen, nacido hace 150 años.

El rey Harald V inauguró en el museo Fram de Oslo un monumento dedicado a Amundsen y a sus cuatro compañeros, aunque las celebraciones centrales del día están localizadas en Tromsø, la "capital" del norte del país.

Allí, Amundsen fue homenajeado con varias exposiciones y desfiles en presencia del príncipe heredero Haakon, quien conversará a través de una conexión vía satélite con Stoltenberg y Winther.

Amundsen, quien luego fue también el primero en cruzar el Paso del Noroeste, empezó a forjar su leyenda como explorador en 1911 al derrotar a Scott en la carrera por el Polo Sur.

La elección del medio de transporte -trineos tirados por perros groenlandeses frente a caballos mongoles- fue crucial en la victoria de Amundsen, quien sacrificó a varios canes antes de llegar al polo y almacenó la carne para el regreso, lo que aminoró el peso y aseguró la alimentación de los animales a la vuelta.

Menos habituados a temperaturas extremas, los caballos de Scott tenían que cargar también sacos de avena para su alimento, lo que aumentaba su peso: todos murieron antes de tiempo y la expedición británica tuvo que valerse por sí misma.

Scott y sus hombres alcanzaron su objetivo días más tarde que Amundsen y fallecieron en el viaje de vuelta.

Diecisiete años después, un casi sexagenario Amundsen, convertido entonces en un mito viviente, montó un equipo de rescate para encontrar al italiano Umberto Nobile, con el que mantenía un enfrentamiento personal y desaparecido en el Ártico tras volar con una expedición en dirigible.

Pero Amundsen y las otras cinco personas a bordo del hidroavión francés Latham 47 desaparecieron en algún lugar de las islas Svalbard y el avión y los cuerpos nunca fueron encontrados, aunque un tanque de combustible y un flotador aparecieron días después en las costas del norte de Noruega.

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