Steve Jobs y Bill Gates, vidas paralelas

  • Ambos nacieron en el mismo año, 1955. Comparten una pasión desmesurada por la innovación y los microchips. Ninguno terminó sus estudios universitarios, pero eso no les impidió crear las dos compañías tecnológicas más valiosas del sector. Han sido rivales durante más de tres décadas, personificando la evolución del mundo informático. Ahora sus empresas, Apple y Microsoft, vuelan sin ellos hacia un futuro incierto.
Roberto Arnaz
Roberto Arnaz

“Ellos sí que son los verdaderos revolucionarios de nuestra época, no los estudiantes que se revelaron a finales de los 60, ni los pacifistas que estaban determinados a derrocar el régimen establecido. Jobs y Gates cambiaron el modo de pensar, actuar y comunicar del mundo”. Quien opina así no es otro que el cineasta canadiense Martyn Burke, uno de los hombres que mejor conoce a los fundadores de las dos compañías sobre las que ha girado el sector tecnológico los últimos 30 años.

Burke es el autor de 'Piratas de Silicon Valley' (1999), un docudrama que relata los comienzos del ordenador personal a través de la rivalidad entre Apple y Microsoft. Y es que, a lo largo de su historia, las dos compañías tecnológicas con mayor capitalización bursátil han seguido un camino paralelo, rivalizando incluso en la pérdida de su faro guía, sus visionarios fundadores.

Si el pasado lunes Apple anunció que Steve Jobs abandonaba la dirección ejecutiva de la compañía por su delicada salud, hace justo tres años Bill Gates delegaba todas sus funciones en Steve Ballmer para dedicarse en exclusiva a su fundación. La baja de Jobs ha provocado un efecto similar a lo que la renuncia de Gates supuso para Microsoft en el invierno de 2008, una fuerte caída en bolsa.

Cuando el cerebro de Windows dejó su cargo, una marcha anunciada con casi dos años de antelación y preparada durante casi una década, el valor bursátil de la compañía sufrió la mayor bajada de su historia. El valor de sus acciones cayó casi un 50% desde los más de 35 dólares a los que cotizaban el día que Gates abandonó la compañía hasta los poco más de 17 dólares en los que tocó fondo a mediados de enero de 2009.

Además, los analistas también consideran que sin el visionario Gates, la empresa ha iniciado la cuesta abajo en lo que innovación se refiere. Hace apenas un par de semanas, su última participación en el Consumer Electronic Show de Las Vegas fue tan pobre que sonaron voces que pidieron que el honor de dar la conferencia inaugural de la feria recayera en una compañía más innovadora.

¿Y si Apple le pasa lo mismo?

Los inversores temen que con Apple suceda algo similar. Por eso castigaron los valores de la compañía con caídas del 7% el lunes en Frankfurt y del 2,25% el martes en Nueva York. Sólo unos resultados trimestrales excelentes consiguieron frenar, al menos temporal mente la sangría. Los analistas tecnológicos de muchas firmas de inversión dudan que Jobs vuelva a retomar su labor al frete de la compañía con sede en Cupertino (California) y temen que, a medio-largo plazo, ésta pierda su ADN innovador.

De hecho, la incertidumbre sobre el futuro es tal que el Central Laborers Pension Fund, propietario de 11.484 acciones de Apple ha pedido que la compañía haga público el plan de sucesión de Steve Jobs. Sin embargo, la compañía, en lugar de optar por la transparencia, ha pedido al resto de los accionistas que voten en contra de la petición en la próxima reunión de inversores, que se celebrará en febrero.

“La industria es un barco sin capitán”, asegura Jason Hiner, director de TechRepublic, quien además considera que “no será fácil que ninguno de los nuevos visionarios llene el vacío de estos grandes líderes”. Para el 67% de los lectores de esta publicación on line estadounidense, Gates ha sido más definitivo para la historia de la tecnología que Jobs, a pesar de que el directivo de Apple ha conseguido que su empresa supere el valor de Microsoft con una apreciación de más de 150.000 millones de dólares en los últimos 12 años.

Con Jobs y Gates fuera de juego, la mayoría de los analistas piensa en el jovencísimo Mark Zuckerberg como el heredero natural, aunque todavía es pronto para comprobarlo. Al creador de Facebook le falta ese aura metafísico y profético, casi mesiánico, que compartían Steve Jobs y Bill Gates.

De momento, Zuckerberg sólo ha abierto la boca para pedir la pronta recuperación del ya ex director ejecutivo de Apple en el muro y a través de su cuenta de Twitter. Aunque convertir una página para conocer chicas en la empresa de Internet más exitosa del planeta, con más de 500 millones de usuarios, no es tampoco un mal comienzo.

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