Una expedición coordinada por el IAC estudiará las auroras boreales

  • El investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Miquel Serra-Ricart coordinará la expedición "Shelios" que observará el fenómeno de las auroras boreales desde el sur de Groenlandia, en el glaciar de Qaleraliq, del 21 al 29 de agosto.

Santa Cruz de Tenerife, 8 ago.- El investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Miquel Serra-Ricart coordinará la expedición "Shelios" que observará el fenómeno de las auroras boreales desde el sur de Groenlandia, en el glaciar de Qaleraliq, del 21 al 29 de agosto.

Con la colaboración del IAC y la coordinación del investigador Francisco Sánchez, responsable del grupo Cíclope de la Universidad Politécnica de Madrid, el portal "sky-live.tv" retransmitirá la observación, en una conexión diaria con emisión bilingüe en castellano e inglés, informa el centro astrofísico en una nota.

La retransmisión forma parte del proyecto educativo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología "Astronomía Ciudadana", en el que el IAC también participa y cuyo principal objetivo es introducir la "Ciencia Ciudadana" en los centros de enseñanza españoles a través de la Astronomía.

Como preparación para el evento, el 11 y 12 de agosto en el portal "austroaula.net" se podrá acceder a las charlas virtuales impartidas por astrónomos.

En estas lecciones on-line los especialistas cómo se producen las auroras y los efectos que tienen sobre la Tierra y plantearán un desafío técnico: calcular a qué altura se forman las auroras boreales a partir de imágenes de las mismas.

Este material se cederá a todos aquellos docentes que quieran usarlo para realizar esta misma práctica con su alumnado.

Las auroras polares se producen cuando partículas muy energéticas originadas en el Sol (viento solar) alcanzan la atmósfera de la Tierra.

La entrada de estas partículas está gobernada por el campo magnético terrestre y por ello sólo pueden penetrar por el Polo Norte (auroras boreales) y el Polo Sur (auroras australes).

La emisión de luz se produce en la alta atmósfera, entre 100 y 400 kilómetros, y se debe a los choques del viento solar, compuesto esencialmente por electrones, con átomos de oxígeno, lo que origina los tonos verdosos que son los más comunes, explica Serra-Ricart.

En 2000 se detectaron intensas auroras, al coincidir con un periodo de máxima actividad solar.

Durante los máximos solares hay un aumento del viento solar y, por tanto, crece el flujo de partículas elementales que al llegar a la Tierra son dirigidas hacia los polos magnéticos.

La mejor zona para la observación de las auroras boreales se localiza en un círculo alrededor del Polo Norte magnético (entre 60 y 70 grados de latitud norte).

Según el astrofísico del IAC, debido a que el Polo Norte magnético no coincide con el Polo Norte geográfico y se encuentra situado al noroeste de Groenlandia, en concreto al norte de Canadá cerca de la isla Ellesmere, el sur de Groenlandia es una de las mejores plataformas de observación.

El IAC recuerda que durante el máximo solar ocurrido en 1989, con intensas tormentas solares, varias ciudades del norte de los Estados Unidos y Canadá tuvieron graves problemas en el suministro eléctrico.

También varios satélites sufrieron anomalías temporales en el transcurso de las citadas tormentas, detalla Serra-Ricart.

Hay indicios que hacen pensar que durante los mínimos de actividad solar la Tierra sufre un enfriamiento, pues entre 1645 y 1715 se cree que existió un mínimo solar prolongado (el mínimo de Maunder) que provocó una pequeña edad de hielo en el planeta, con efectos constatados en el norte de Europa.

Mostrar comentarios