El diálogo entre Sergei Koroliov, padre del programa espacial soviético, y Yuri Gagarin, el primer hombre que viajó al espacio, ha sido desclasificado, permitiéndonos comprobar cómo se sentía el cosmonauta en los instantes previos a la misión que inmortalizacían para siempre su nombre, situándolo entre un icono para la eternidad.
"Yuri Alexeevich [Gagarin], solamente le quiero recordar que después de la preparación de un minuto pasarán unos seis minutos antes que se inicie el lanzamiento, así que no se preocupe. Cambio", le dijo Koroliov cuando el momento culminante de años y años de carrera espacial llegaba a su explosión.
La tranquilidad y mesura de Gagarin ante la magnitud e inmensidad que le aguardaban es sobrecogedora. La constatación de que era un hombre elegido para quedar por siempre en la historia humanidad. "¡Poyéjali!" ("¡Vamos allá!").
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