Visto por primera vez el 'corazón' de una estrella


Un equipo de astrónomos hispanofrancés ha logrado identificar signos de la presencia de un “primer corazón hidrostático” en una protoestrella en la nube molecular de Perseo. Se convierten así en los primeros en observar el corazón de una estrella.
Esta fase, de corta duración en escalas de tiempo astronómico, es muy difícil de poder ver. Se trata de una etapa “crítica y agitada” en la evolución de la nube protoestelar, antes de acabar convirtiéndose en una estrella.
Según explican desde el proyecto conjunto de Astrofísica Molecular Astromol, las estrellas se forman por colapso gravitatorio en nubes moleculares frías y densas.
El efecto combinado de la rotación de la materia y el campo magnético proporcionan una dirección privilegiada a la contracción, lo que conduce a la formación de un disco giratorio que alimentará a la estrella naciente, en el que además pueden formarse planetas una vez esta haya alcanzado la madurez.
Asunción Fuente, del Observatorio Astronómico Nacional, explica que “en esta etapa, el gas ya se ha calentado y se encuentra muy comprimido, pero las temperaturas y las densidades no son aún lo suficientemente altas como para disociar las moléculas de hidrógeno".
En su artículo, la autora apunta que entonces "la contracción se desacelera mientras las temperaturas siguen subiendo hasta el momento en que el hidrógeno se disocia, lo cual reinicia el colapso gravitacional”.
Ello conducirá, finalmente, a la formación de una protoestrella en la que van a empezar a darse las condiciones necesarias para que se desencadenen las reacciones nucleares.
Al mismo tiempo, aparece un flujo relativamente lento que evacúa material (el corazón hidrostático), para facilitar el proceso. Esta etapa de “primer corazón hidrostático” es muy corta en escalas de tiempo astronómico, ya que dura alrededor de unos mil años.

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