En lugares donde la cobertura de telefonía móvil se ve reducida -por ejemplo, en interiores de edificios- o saturada debido a que concentran un alto número de usuarios, el uso de femtoceldas puede ser la única solución para resolver el problema o al menos puede ser las solución más fácil, rápida y económica. Sobre todo para las operadoras, que ven así aliviada la necesidad de ampliar el número o la capacidad de las antenas cercanas.
Básicamente una femtocelda viene a ser lo mismo que un punto de acceso WiFi, sólo que proporciona cobertura y conexión a teléfonos móviles utilizando señales propias de éstos como son GSM o 3G. La conexión de la femtocelda con la red de datos de la operadora de telefonía móviles se realiza a través de una conexión a Internet común -de cable, fibra óptica, o ADSL.
En España de momento su utilización no está muy extendida, aunque al parecer Movistar ya está realizando pruebas con algunos usuarios y, según informa Bandaancha, Vodafone comenzará a ofrecerlas comercialmente desde 15 euros al mes.
Si bien no queda claro si en la cuota mensual están incluidas "el precio de las llamadas y tráfico de datos" sería lógico pensar que es así, ya que además del coste de la femtocelda el cliente es el que paga la conexión terrestre -ADSL o cable- necesaria para dirigir el tráfico de telefonía hasta la red móvil de la operadora.
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