La diferencia de precios entre un libro y un e-book siempre crea un enconado debate entre editores y lectores con hábitos digitales. Estos últimos siempre demandan importes sustancialmente mucho más baratos para el libro electrónico, que aún cuenta con poco diferencial frente a su hermano mayor, el papel.
Juan Gómez-Jurado es de la misma opinión, pero con matices. El escritor madrileño, con más de cuatro millones de lectores,ha sido uno de los autores pioneros en apostar por los e-books y las redes sociales. Cuenta con más de 130.000 seguidores en Twitter y fue uno de los grandes detractores de la Ley Sinde, incluso manteniendo un rifirrafe tuiterocon el músico Alejandro Sanz.
Ahora, que estos días publica nueva novela simultáneamente en ambos formatos (papel y digital), La leyenda del ladrón (Planeta, 2012), Gómez-Jurado nos explica su opinión sobre la actual política de precios para el libro electrónico.
El escritor es partidario de e-books aún más asequibles cuando se habla de novedades ymegasellers. Sin embargo, también es consciente de que el sector editorial todavía tiene que dar grandes pasos.
"El precio de un libro electrónico es el que los lectores estén dispuestos a pagar. Una cosa es un gran lanzamiento editorial, con el que se ha hecho un gran esfuerzo, como mi novela, La leyenda del ladrón, donde sabes que el libro tiene que llevar unos caminos que hay que respetar, aunque haya que mejorarlos; y otro muy distinto son los precios de e-books autopublicados", nos explica Gómez-Jurado.
La salida de La leyenda del ladrón se presenta como uno de los fenómenos de ventas de la temporada. Antes de llegar a librerías, sumó su segunda edición. En formato e-bookestá entre los títulos más vendidos tanto en Casa del Libro (2ª posición) como en Amazon (15ª posición), plataforma donde comparte los primeros puestos con nuevos autores que despuntan con sus best seller digitales a menos de 1, 2 o 3 euros, como él mismo hacía hasta hace unos meses.
E-books caros
"Antes, una gran novedad en formato e-book de mi actual editorial costaba 15 euros y eso era un sinsentido. Sin embargo, ahora hemos conseguido bajarlo por debajo de 10 euros. En los próximos meses, quizás se logre situarlo en un precio más razonable, entre los 7 y 8 euros", se reafirma Juan Gómez-Jurado.
El autor de La leyenda del ladrón también es favorable a importes más baratos para los libros digitalizados del fondo editorial (aquellos que han dejado de ser novedades), así como para los de formato bolsillo.
"Tiene que haber una escala de precios más aproximada a la realidad en la que vivimos. Aunque es cierto que no podemos cambiar a la industria editorial de golpe y porrazo", sentencia el autor de títulos como Espía de Dios o El emblema del traidor.
Gómez-Jurado, asimismo, sostiene que fichar por el primer grupo editorial de nuestro país no le resta "autonomía como escritor", aunque sí matiza que, una vez que cede sus derechos digitales, es la editorial quien toma el relevo y fija su propia política de precios para sus e-books.
"Simplemente, no puedes poner el mismo precio de un libro electrónico al nivel de los e-books autoeditados, donde el autor conserva aún los derechos digitales. Eso es algo que hay que asumir", añade el escritor.
"A estas alturas, ningún autor reconocido conservará los derechos digitales de las novedades que saque de ahora en adelante, porque las editoriales no pueden aceptar eso. Aparte tampoco es sano que suceda", insiste el autor de La leyenda del ladrón.
Referencias al 15M
La leyenda del ladrónes una novela de aventuras, ambientada en el siglo XVI, protagonizada por Sancho, un joven huérfano que asciende como héroe después de mil calamidades como aprendiz de tabernero, ladrón y galeote, hasta que logra culminar una venganza personal, robando la mismísima Casa de la Moneda.
Cuando le sondeamos si dicho argumento tiene vinculación con la época actual que vive nuestro país, Gómez-Jurado nos responde con otra pregunta.
"¿No se entiende que mi novela tiene referencias al 15M?" Luego, nos explica que cuando se documentó sobre aquella Sevilla, de alguaciles, comerciantes, espadachines y hampones, en torno a los cargamentos de oro que llegaban de América para financiar las guerras de Felipe II, descubrió puntos en común con nuestra realidad contemporánea.
Según el autor, aquella también era "una sociedad rota", en la que los gobernantes habían desperdiciado muchos recursos públicos y donde los poderosos estaban "completamente alejados" de los ciudadanos más necesitados.
"No es casualidad que los malos de mi novela sean un duque y un banquero. Hay un sentimiento de indignación a la hora de analizar la relación entre sociedad y pueblo en La leyenda del ladrón", finaliza.
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