Pop en estado crítico

  • Cantar sobre la crisis, la política, el capitalismo, el consumismo o las centrales nucleares ha dejado de ser territorio exclusivo del punk y del cantautor. Las letras sociales se introducen en las músicas populares, habitualmente dedicadas al hedonismo.
Nuevos grupos cantan alto y claro.
Nuevos grupos cantan alto y claro.
Mano de Obra
Elena Cabrera

"Vivimos tiempos difíciles" dice Luis Prósper. Debe ser por ello que, a pesar de que el pop es un terreno de evasión, los músicos se ven motivados a explotar algo más que el costumbrismo y los sentimientos románticos en sus canciones.

Prósper, agraciado compositor de éxitos de Fangoria, formó en los 80 Oviformia Sci y Heroica. A finales de 2010 ha editado el magistral Principios de siglo, primer disco de su dúo compartido con Big Toxic, Breton Armada. "Mis letras retratan el momento que estamos viviendo. La crisis económica, la crisis de valores e ideológica, el consumismo y los medios de comunicación". "Libertad para qué, si no te atreves a hablar, si ya no sabes pensar, si nadie te va a entender", canta en su canción Salve!

En el siempre fértil territorio punk español no falta la denuncia ni la verdad clavada como puñal. Los herederos de Eskorbuto no miran para otro lado. En ese sentido, grupos como Lendakaris Muertos–actualmente en año sabático- saben combinar diversión con ironía y crítica mordaz. En su canción Nuklearrik bai nos llevan a una Euskadi independiente en el año 2020 donde "el petróleo escasea, España no nos vende (…) se os ha acabado el chollo de comprar el pan en coche, pedalear es el futuro, hay que parar este derroche (…) no quiero pedalear, que viva la energía, la energía nuclear".

Pero lo interesante es ver que el pop, el folk y la electrónica despiertan. Los también vascos Ciclos Iturgaiz también hablan de las centrales nucleares sobre bases sintetizadas en su tema Lemoniz funciona ("hay operarios encerrados, trabajan en turno de un mes") y en El tanatorio, donde dicen "contra la central nadie se va a quejar, son puestos de trabajo y da modernidad". Ritxar de Ciclos Iturgaiz incide en que "lo importante es el empleo, no importa qué tipo ni que sea precario, no importa que mate, vivan las centrales nucleares, las que se estropeaban eran las comunistas malas".

Ritxar advierte de que preparan una canción sobre Sortu, "a ver si la terminamos para las elecciones municipales" y otra sobre Ana Rosa Quintana, quien le "atrae mucho sexualmente, como consecuencia de una fórmula imposible con variables como celebrity, estúpida y mature. Y no sigo porque me cae una denuncia". Además, sugiere que ahora sería importante hablar sobre "el nuevo enemigo de Occidente: enemigo, luego amigo, y de nuevo enemigo" Gadafi. O Kim Jong Il, "al que considero un icono pop. Al ser Corea del Norte un país cerrado sin influencias, él mismo se ha convertido en un icono vanguardista".

Seguimos por el norte hacia Galicia. Allí Emilio José (antes en Apeirón) canta en su canción Wifi no casal que "Touriño estafoume, Quintana home claro, Feijóo ¡por Dios! E penso cada día e cada noite que se sinte sendo o presidente de todas e todos as galegas e os galegos e traballando arreo só para o establishment, para os xornais, para Madrid, un político loitando para gañarse o pan".

A pesar de ello Emilio José advierte que prefiere "tratar la política mediante política y no mediante la música" ya que "de poco sirve hacer un disco sobre Nueva Rumasa si luego la música es una porquería". Este remezclador cultural incansable y prolífico cuyo "tema político esencial es la creación del Estado de Ourense" advierte que "una canción puede volverse un estímulo para la crítica social o el activismo pero no se deben confundir, porque esas cosas hay que hacerlas, no cantar sobre ellas".

En Coruña encontramos al nuevo grupo, aún en fase maquetera, Mano de Obra facturando un oscuro y sucio postpunk a lo Joy Division o Suicide donde la crítica converge con la ciencia ficción, como en un cuento de Ray Bradbury. En una de las canciones de su ep Imperio Cobra escuchamos que "la basura de las fábricas contamina nuestro mar, demos gracias por tener el Centro de Ocio El Litoral". El letrista, Coco Lens, ubica esta canción en la transformación de la ciudad: "cuando llegué a Coruña se podía pasear por el puerto. Hoy no se puede pero tenemos El Puerto Centro de Ocio, que es un centro comercial. También podías recorrer el Dique de Abrigo por encima o saltando por las piedras. Hoy tampoco se puede. Mis sobrinos no podrán recorrer el dique saltando de piedra en piedra sin ser multados. Siguen construyendo mamotretos mientras derriban zonas enteras que sí tenían interés. Tenemos playas en plena ciudad pero las trasforman con arena traída de fuera".

Coco afirma que "la intención crítica aporta un matiz más a una canción". Los temas que más le "repatean" son "el consumismo descerebrado, la banalidad, la corrección a dedo, el papanatismo y eso del pensamiento único que aún no sé qué es pero suena fatal. No sé si criticamos alguna de esas pestes en nuestras canciones pero no estaría mal, me lo apunto". Otros temas aparecen en sus canciones, como la vida orientada al trabajo (Ciudadano), la presión por consumir (Oigo voces), las ideologías (PasiónAria) o las drogas (SOMA).

Bajamos hacia Madrid, como hicieron los vascos hoy residentes capitalinos Ornamento y Delito. "A efectos de la situación que vivimos yo creo que se es político porque no queda otro remedio de que sea así porque hay demasiado no-político y a nada que hay un poquito de atisbo tú llamas más la atención" explica Rober Berlanga, guitarrista del grupo, que afirma que quien mejor entiende este tipo de canciones son sus contemporáneos "de 36 para arriba" y que "de 36 para abajo somos malinterpretados".

El origen de esta formación está en las canciones de GGQuintanilla, proyecto en solitario del cantante y letrista Gari Gamarra, marxista y certero golpeador ahí donde duele."Tuve una tanda de letras que no sabía si eran fachas en sí mismas o eran críticas de lo facha como Drama de España y El Madrid de los Austrias. Cuando tienes 18 años y eres siniestro te atrae muchísimo toda la estética facha pero luego lo ves desde fuera y es una cosa totalmente ridícula. Estas canciones tienen mucho de reflexión sobre una estética totalitaria que es ridícula, como en la canción El pequeño tamborilero de Comando Suzie". En ese tema el barcelonés Raúl López canta "aunque nació en un pueblo de Andalucía y creció en el extrarradio él se sentía europeo y hasta un poquito ario".

Y finalizando nuestro recorrido en el sur por esta España crítica, Daniel Alonso, miembro de los grupos Pony Bravo y Fiera, canta en la canción Superbroker "Monsanto, has invertido bien. Paraíso fiscal, has invertido muy bien". Daniel sabe que la música popular puede no ser el lenguaje más apropiado para estos mensajes, aunque hay grandes referentes como "Nina Simone, The Clash, Fela Kuti, Dylan, Dead Kennedys o PIL" que lo supieron hacer muy bien. "Todo depende de la capacidad del artista para generar contenidos que entretengan y sean críticos al mismo tiempo, algo bastante difícil, teniendo en cuenta que la música se usa fundamentalmente para divertirse, como escapismo, como entretenimiento, y no para informarse y aprender a mejorar lo que nos rodea", plantea. "¿Se puede bailar y pensar a la vez? Para mí se puede, de hecho suele ser lo más interesante y divertido, pero lo bonito de la música es que hay de todo, cada uno elige lo que más le gusta".Super-Broker by El Rancho

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