La subida de los carburantes dispara la inflación hasta el 2,7%

  • La escalada del IPC, que ha pasado del 1,8% al 2,7% en sólo tres meses, augura una costosa factura en concepto de revalorización de las pensiones, que podría rondar los 3.400 millones de euros. Si se quitaran del índice los productos energéticos y los alimentos frescos la evolución de los precios en lo que va de año sería negativa.

B.P.V / EP

En sólo tres meses, los que van de junio a agosto, el Índice de Precios al Consumo (IPC) ha pasado del 1,8% al 2,7%. Tras esta escalada hay una causa muy clara: la subida de los precios del combustible, que explica más de la mitad de este repunte.

Además, ha ejercido un efecto arrastre sobre otros componentes del índice como el transporte o la vivienda, que han experimentado una fuerte subida en agosto por el encarecimiento del gasóleo de calefacción.

El fenómeno ha coincidido con otras manifestaciones típicamente estacionales como la subida de precios en los paquetes turísticos y en los precios hoteleros, que también han contribuído a elevar el índice de precios en los últimos tres meses

El asunto no pasaría de ser una curiosidad estadística si no fuera porque las leyes españolas vinculan la revalorización de casi nueve millones de pensiones al valor que tenga el IPC al cierre del mes de noviembre. Dado que este año, las pensiones han subido un 1%, si el IPC llegara a noviembre en este nivel del 2,7%, el Gobierno estaría obligado legalmente a compensar esa diferencia de 1,7 puntos en la nómina de los pensionistas.

Según el Ministerio de Empleo, cada punto de desviación en el IPC tiene un coste adicional de 2.000 millones de euros para las arcas públicas, así que en las condiciones actuales el sobrecoste para el Estado de esta situación estaría en el entorno de los 3.400 millones, de los cuales la mitad, 1.700 millones, deberían financiarse con cargo a los Presupuestos de este año. Un coste no previsto.

Tras la subida de seis décimas registrada durante el mes de agosto, el IPC encadena dos meses de ascensos después de haber repuntado en julio otras tres décimas, hasta el 2,2%, en este caso por el encarecimiento de las medicinas derivada de la retirada de la financiación pública a un grupo extenso de medicamentos decidida por el Gobierno.

La tasa del 2,7% alcanzada en agosto es la más alta que registra el IPC durante este año y la más elevada desde noviembre de 2011, cuando la inflación interanual se situó en el 2,9%.

La subida mensual de precios registrada en agosto se produce después de tres descensos consecutivos en mayo (-0,1%), junio (-0,2%) y julio (-0,2%).

Por rúbricas, además del sector de la energía, en el que se enmarca el precio de los combustibles, el transporte también experimentó una significativa subida que llevó su tasa interanual al 6,1%, por el alza de los carburantes y lubricantes frente a la bajada que registraron en agosto del año pasado.

La vivienda registró una tasa anual del 6%, seis décimas superior a la del mes pasado, por el aumento de los precios del gasóleo para calefacción que, además, bajaron en 2011. La variación anual de esta parcela aumentó más de doce puntos y se situó en el 19,6%.

En lo que va de año, los bienes y servicios que más se han encarecido son los huevos (18,6%), el tabaco (12,9%), los medicamentos (12,4%) y la fruta fresca (11,3%). Los que más se han abaratado son las hortalizas frescas, las comunicaciones y los objetos recreativos.

Según los datos publicados por el INE, la inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, se mantuvo en el 1,4%.

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