La creación masculina, "la niña bonita" de la moda

Carmen Martín y Celia Sierra.

Madrid, 29 jun.- La moda masculina española vive un momento dulce gracias al talento creativo y las iniciativas empresariales que despuntan en el ámbito nacional e internacional. La creación de hombre es una semilla nueva, con futuro y en constante evolución, que en España ha experimentado un cambio radical.

"La moda masculina no para de crecer, es la niña bonita del sector textil", ha explicado Rafael Medina, alma máter de Scalpers, en el sexto desayuno "60 minutos de moda con EFE Estilo", celebrado en la Agencia EFE en colaboración con ACME y en el que también ha participado los diseñadores Ana Locking y Roberto Etxeberría.

Aunque la sastrería tradicional es el punto de partida de las colecciones de hombre, el vestir masculino ha evolucionado con lenguajes tan distintos como el clásico en clave contemporáneo de Scalpers, hasta el del hombre futurista de Ana Locking o el genuino universo de Etxeberría, cuyas prendas se diferencian sin necesidad de etiqueta.

"Desde el siglo XIX, la ropa de hombre apenas ha evolucionado", apunta Etxeberría, quien piensa en mujer para crear sus colecciones masculinas, la mayoría de ellas teñidas en negro y gris.

Estos tres diseñadores, que han visitado varias ferias internacionales, coinciden en afirmar que es importante salir fuera y mostrar el trabajo para que sean conocidos, "pero, aunque ayudan, se debe tener mucho cuidado: el plagio está presente", puntualiza Rafael Medina, cuya firma cuenta con doce puntos de venta en España.

Sin embargo, a Etxeberría no le da miedo que le plagien: "No me pueden copiar lo que tengo en la cabeza". Con un producto más particular, la mayoría confeccionado en piel, Etxeberría se recorre las ferias para difundir y posicionar la marca. "Si no sales de casa, no te comes nada", añade.

Ana Locking considera que es un error acudir a una feria con un gran muestrario. Lo ideal es presentar una selección, únicamente lo esencial, y más hoy, cuando apenas hay tiempo de ver toda una colección. Lo importante es no emborrachar al comprador.

Los tres defienden la Marca España: "Fuera se valora nuestro producto, muestran la etiqueta que acredita que está hecho en España. Debemos presumir del 'made in Spain'", afirma Rafael Medina, quien cree que los españoles padecen una serie de tontos complejos culturales que les impiden despuntar y levantar la cabeza con orgullo.

Es más -añade-, "me da muchísima rabia que el capital humano español salga fuera. Hay cientos de españoles trabajando en firmas de primera línea".

"En la industria textil exterior saben que en España hay mucho talento", comenta Ana Locking, quien ha recibido varias ofertas del exterior.

Con los pies en la tierra y conscientes del impulso económico que necesita toda la industria textil española, estos tres diseñadores defienden su producto y van dado pasos cortos y firmes en plena crisis.

Si la moda masculina cuenta con brillantes emprendedores y fabulosos talentos, ¿por qué no se invierte capital español en moda?. Según Medina, el español desconfía, está receloso de tanta pifia y no quiere apostar, y es necesario que la industria textil cuente "con un pulmón financiero".

Ahora, el modelo de negocio ha cambiado. El hombre, desde que Beckham fuera tildado con el adjetivo "metrosexual", se viste más y mejor, aunque no le gusta salir de compras. "Prefiere comprar por internet, cómodamente, desde de su casa", ha explicado Locking, quien vende "online" a través de su web.

"A mí me aburre muchísimo estar pendiente de las redes y del ordenador", reconoce Etxeberría, quien poco a poco se está especializando en calzado, que fabrica en Huelva.

El futuro de la moda española está en los mercados emergentes. Entre los proyectos de Scalpers se encuentra abrir tienda en París y Londres, además de ampliar su horizonte en Latinoámerica, en donde ya está presente en México, concretamente en Palacio de Hierro.

Mientras que las creaciones de Ana Locking están encaminadas hacia China, Asia y los países árabes, los propuestas de Etxeberría miran hacia un ciudadano del mundo.