Un centenar de fortunas sacan el dinero de sus Sicavs en 2009 para esquivar a Hacienda

  • Los mayores patrimonios del país han reducido en más de un 20% el tamaño de estos vehículos, lo que permite recuperar el dinero tributando por sólo el 1%.
Ruth Ugalde
Ruth Ugalde

Dicen que hecha la ley, hecha la trampa. Y en el caso concreto de las Sicavs, uno de los vehículos de inversión mejor tratados fiscalmente, el refranero popular español vuelve a acertar. Estas sociedades sólo deben rendir cuentas a Hacienda sobre el 1% de sus resultados cada año, hasta que son disueltas, y entonces, deben desembolsar el 18% de las plusvalías obtenidas durante todo el periodo de vida de la Sicav (a partir del próximo año será entre el 19% y el 21%).

Pero existe una forma legal de recuperar el dinero y evitar esta elevada retención. Ésta consiste en reducir o reembolsar parte del capital de la sicav, siempre y cuando se alegue que el dinero retirado no son plusvalías, sino parte del importe que se ha depositado en la sociedad para invertir. En este caso, sólo se tributa al 1%, y se permite a los grandes patrimonios hacer liquidez en condiciones fiscales muy ventajosas.

Tanto, que las principales fortunas del país se han lanzado en masa a aprovecharse de esta herramienta legal. Según los datos recogidos por el supervisor de la bolsa (CNMV), este año ha habido 107 reembolsos o reducciones de capital de sicavs superiores al 20%. Algunos, no obstante, se incluyen en sociedades en vía de liquidación, pero ésta también puede hacerse sin pasar por Hacienda, siempre y cuando los datos finales del vehículo sean pérdidas.

Entre los grandes patrimonios que han recurrido a esta fórmula para recuperar parte de la liquidez perdida por la crisis destacan las grandes fortunas del país, como Amancio Ortega, dueño del imperio textil Inditex; la familia Del Pino, propietaria de Ferrovial; los Polanco, principales accionistas del Grupo Prisa; o la saga catalana Sanahuja, primer accionista de Metrovacesa, con un 30% del capital.

La amenaza de Hacienda

En los últimos meses, desde que se supo que el Gobierno iba a aplicar diversas subidas de impuestos para enderezar las arcas públicas, muchas voces se han lanzado a pedir una mayor carga fiscal para estos vehículos, por considerar que juegan con ventaja frente a otros instrumentos de inversión. La punta de lanza del debate está en su baja tributación anual, el famoso 1%, y en el atajo legal que permite a los titulares de estas sociedades conseguir liquidez sin apenas rendir cuentas a Hacienda.

No obstante, también es cierto que además de tributar al 18% las plusvalías, las sicavs sufren esta misma carga en el reparto de dividendos. Aunque los detractores de estos vehículos pueden aludir que, en un momento de crisis como el actual, son pocas las sociedades que se pueden permitir el lujo de repartir dividendos. Para eso, si se necesita dinero, parece tener más sentido reducir el capital y beneficiarse de la ventaja fiscal del 1%, como se está haciendo.

Entre otros motivos porque, por el momento, Hacienda parece haber retirado su amenaza sobre las sicavs. Dentro de la política de subidas de impuestos aplicada por el Gobierno, el ministerio dirigido por Elena Salgado sólo ha endurecido las condiciones tributarias de las plusvalías, que a partir del próximo año pasarán de sufrir un tipo del 18% al 19%, para las ganancias hasta 6.000 euros. A partir de este listón, se aplicará el 21%.

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