¿Por qué el déficit es el gran escollo para un Podemos en el Gobierno?

  • Si el referéndum de autodeterminación es un gran escollo, la desviación del déficit conocida ayer se convierte en otra barrera de calado.

    PSOE y Ciudadanos quieren mantener el gasto social de 7.000 millones, pero Podemos lo tiene fijado en 60.000 millones de euros.

¿Por qué el déficit se ha convertido en el otro gran escollo para un Podemos en el Gobierno?
¿Por qué el déficit se ha convertido en el otro gran escollo para un Podemos en el Gobierno?
Rafael Miner

El proceso de 'blanqueo' de Podemos, la formación que lidera Pablo Iglesias, con vistas a intentar conseguir un pacto de legislatura, con el PSOE, y un acercamiento a las tesis de Ciudadanos, está sobre la mesa. Pero un nuevo elemento dificulta que puedan estar en un gobierno de futuro se llama de cambio o de progreso: el déficit y lo que este (la herencia de Rajoy) puede obligar a hacer al nuevo gobierno.

Los errejonistas apuestan por esta moderación, que tiene importantes escollos en el plano político. El principal, la luz verde a hipotéticos referéndum de autodeterminación, un asunto que choca con la Constitución, por lo que los posibilistas están intentando que Pablo Iglesias ceda en este asunto, con la venia de Barcelona En Comú y Ada Colau, y lo reoriente hacia un compromiso de reforma constitucional hacia el federalismo.

Pero los escollos son también, ahora más que nunca, económicos y presupuestarios. Y si en la órbita política un acercamiento o tolerancia entre Podemos y Ciudadanos es prácticamente imposible, como están reiterando estos días dirigentes del partido de Albert Rivera, en el plano financiero las divergencias son también muy difíciles de tamizar. Salvo que Podemos sea capaz de esconder varias de sus principales líneas programáticas.La utopía de Podemos

Veamos algunas de las propuestas de ambos. El conjunto de medidas en gasto social de Podemos se cuantifica en torno a los 60.000 millones de euros en la legislatura. El programa del partido de Iglesias implica una fuerte inversión en diversas cuestiones como el pago de ayudas a familias con problemas económicos, más recursos y personal para sanidad, renta mínima de inserción… Todos estos gastos se financiarían a través de una reforma de la política fiscal con un fuerte coste para los contribuyentes.

Así, Podemos quiere un aumento de impuestos a las “rentas más acomodadas”, subiendo el IRPF para las de más de 60.000 euros. También se contemplan más impuestos a las empresas, un 5% en el impuesto de sociedades, y se haría pagar más a las grandes compañías. Este incremento de recaudación, en el supuesto de que se lograran los objetivos previstos, se cifraría en unos 35.000 millones de euros.

Por otra parte, Podemos pide la derogación de la reforma laboral que Bruselas exige implementar aún más, para reducir la fuerte tasa de desempleo (por encima del 20%) que tiene España.

Esta exigencia de Pablo Iglesias y su equipo es difícilmente conciliable con la Unión Europea y con las tesis de Ciudadanos, que en su acuerdo de doscientos puntos con el PSOE, ha logrado suavizar, puesto que el partido de Pedro Sánchez también es partidario de eliminar los aspectos más centrales de la reforma laboral del Partido Popular.

El partido populista, además, quiere derogar también parte de las reformas laborales anteriores de los socialistas, propone que la concatenación de contratos temporales de más de un año, los convierta en indefinidos, y un aumento del salario mínimo interprofesional hasta 800 euros mensuales en dos años, y 950 euros al concluir la legislatura.La cuadratura del círculo fiscal

En su acuerdo para la investidura fallida de Pedro Sánchez, el PSOE y Ciudadanos llegaron a la conclusión de no subir los impuestos a la clase media trabajadora. Pero esta determinación contrasta con la firmeza de Podemos, que no desea ceder en la recaudación impositiva, y también en cierto modo, con la decisión socialista de no subir los impuestos a las rentas del trabajo, pero sí a las de capital y al patrimonio.

En este sentido, el pacto de cierta estabilidad fiscal entre socialistas y la formación de Albert Rivera, ofrece bastantes dudas, según analistas consultados. En primer lugar, el texto mismo del acuerdo, en el que se afirma que no habrá recortes: “la consolidación de las cuentas públicas no se puede hacer a costa de reducir aún más nuestros niveles de bienestar, por lo que no se llevará a cabo ningún recorte de gasto social”.

La segunda gran duda se deriva del dato de déficit público conocido ayer, que supera en un punto el objetivo del 4,2% del PIB determinado entre Bruselas y España en el Pacto de Estabilidad y se espera que aumente este año al 4,4% según el Banco de España.

Difícilmente se podrán alcanzar los objetivos de déficit sin un ligero esfuerzo fiscal, que nadie desea, pero que cada vez parece más inevitable. Podemos, de momento, no ha sugerido ninguna intención de hacer frente al déficit, salvo por la negociación con Bruselas para flexibilizar los objetivos, algo que ahora todos comparten.

Lo que sí han manifestado dirigentes de Podemos es la conveniencia de proponer reformas del sistema impositivo que eleven la recaudación, sin perjudicar a la clase media.

El primer muro al que los partidos se enfrentan ahora es el ajuste que pide Bruselas. Pero luego están los siguientes.

Mostrar comentarios