Putin tuvo contactos con el equipo de Donald Trump durante su campaña

  • "Seguiremos trabajando juntos", ha manifestado el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, quien desea "normalizar las relaciones con Washington".

    El presidente electo de EEUU, quien hoy ha sido recibido por Obama en la Casa Blanca, llegó a decir que "si tuviéramos una buena relación con Rusia y Rusia nos ayudara a deshacernos de Estado Islámico, sería algo muy positivo". 

Vladimir Putin.
Vladimir Putin.
Diego Caldentey
Diego Caldentey

El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, ha confirmado contactos con el equipo de asesores de Donald Trump durante su campaña electoral. La noticia ha sido publicada por la agencia de noticias rusa Interfax, que también cita otras declaraciones del colaborador de Vladimir Putin: "Seguiremos trabajando (con Trump) tras las elecciones. Estos momentos de trabajo y el seguimiento de este o aquel asunto dependerá de la situación y las preguntas que nos enfrentan. Pero, por supuesto, continuaremos este trabajo después de las elecciones", ha manifestado.

Trump, de quien ya han comenzado a circular algunos nombres que podrían ser sus máximos colaboradores en el Gobierno, ha insinuado que podría reunirse con Putin antes de su toma de posesión, pero portavoces del presidente de Rusia han adelantado que -por ahora- no hay planes para tal encuentro.

Desde un punto de vista más sobrio y formal, Ryabkov ha manifestado que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia no sintió ninguna euforia por la victoria del candidato republicano norteamericano, a pesar de que el Parlamento ruso estalló en aplausos y ovaciones este miércoles cuando escuchó que Trump había sido elegido presidente de EEUU.

De todas formas, el viceministro de Asuntos Exteriores ha admitido que el deseo de Moscú es "normalizar las relaciones con Washington".

Durante la campaña, la candidata demócrata, Hillary Clinton, tildó a Trump de "marioneta" de Putin. Él respondió que no conocía personalmente al mandatario ruso aunque reconoció que había vertidos "conceptos buenos" sobre él. "Si nos llevamos bien, será buena noticia", afirmó incluso durante uno de los debates con Clinton.

Ryabkov también ha querido matizar sus declaraciones, al recordar que los aliados de Trump habían vertido algunos conceptos duros sobre Rusia durante la campaña y que su ministerio por lo tanto no estaba abrigando ninguna esperanza de que mejorasen demasiado las relaciones. "No esperamos nada en particular de la nueva administración estadounidense", ha manifestado, según declaraciones recogidas por Interfax.

Putin, por su parte, admitió este miércoles que "no será un camino fácil" restablecer las relaciones bilaterales entre ambos países "dada la degradación en la que, lamentablemente, se encuentran las relaciones entre EEUU y Rusia". Así y todo, ha asegurado que "Rusia está dispuesta y desea la restauración de unas relaciones plenas con EEUU".

Trump no ha escondido nunca, en los últimos meses, su singular admiración hacia Putin. "Si tuviéramos una buena relación con Rusia y Rusia nos ayudara a deshacernos de Estado Islámico, francamente, por mi parte, estás hablando de tremendas cantidades de dinero y vidas y todo lo demás, sería algo positivo", dijo en una entrevista con la ABC, en el verano pasado.

Por otra parte, dentro de su estrategia de campaña electoral, también llegó a decir: "Deseamos vivir en paz y amistad con Rusia y China. Tenemos serias diferencias con estas dos naciones y tenemos que afrontarlas con ojos abiertos. Debemos buscar puntos en común e intereses mutuos”.

La Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) en numerosas ocasiones ha fustigado a Putin en los últimos tiempos. "La OTAN y Rusia tienen profundos y persistentes desacuerdos", han manifestado los más encumbrados representantes del organismo, que rompió relaciones con el Kremlin tras la intervención rusa en Ucrania, donde se anexionó Crimea sin el reconocimiento de los socios atlánticos, que apoyan a Kiev. Trump, sin embargo, en abril pasado llegó a espetar que "la OTAN" está obsoleta".

A su vez, es conocida la animadversión entre Putin y Clinton, a la que el líder ruso acusó cuando era secretaria de Estado de instigar las protestas contra el fraude electoral de finales de 2011, las mayores protestas antigubernamentales en Moscú desde la caída de la URSS.

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