Nacido en 1933, Akihito sucedió en enero de 1989 al emperador Hirohito y cederá el trono a su hijo, el príncipe heredero Naruhito, de 56 años. La línea sucesoria seguiría con la princesa Toshi, si bien la ley impide por el momento el reinado de una mujer.
La información difundida por los medios de Japón no aclara los motivos del inesperado anuncio de Akihito, que planea dar en los próximos años un paso sin precedentes en la historia reciente del país asiático. Sin embargo, sus cada vez más constantes problemas de salud le habrían pasado factura.
Entre los grandes símbolos de su reinado figuran sus expresiones de "profundo arrepentimiento" por el papel desempeñado por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, un conflicto que aún sigue pesando en las conciencias de la mayoría de ciudadanos del país.
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