Informe Chilcot: UK se sumó a la invasión de Irak "antes de agotar todas las opciones pacíficas"

  • John Chilcot, responsable de una extensa investigación independiente sobre la participación de Reino Unido en la invasión de Irak, en 2003.

    El informe subraya que el gobierno británico subestimó las consecuencias de la invasión de Irak.

Informe Chilcot: UK se sumó a la invasión de Irak "antes de agotar todas las opciones pacíficas"
Informe Chilcot: UK se sumó a la invasión de Irak "antes de agotar todas las opciones pacíficas"

Tras siete años de entrevistas, desclasificación de documentos y un  estudio exhaustivo de la información recabada, la investigación oficial sobre el papel del Reino Unido en la guerra de Irak ha presentado sus conclusiones. Como era de esperar, no dejan al primer ministro Tony Blair en un buen lugar ya que considera que se precipitó y no agotó las opciones diplomáticas antes de lanzarse a la invasión de Irak en la que murieron 176 militares británicos. 

El responsable de este grupo, John Chilcot, ha explicado ante los medios que "Reino Unido eligió unirse a la invasión de Irak antes de que se hubiesen agotado otras opciones pacíficas de desarme", quien ha apuntado que "la acción militar no era en ese momento el último recurso".

Tampoco entiende los argumentos esgrimidos por Blair y sus aliados internacionales sobre la supuesta tenencia de armas de destrucción masiva por parte del régimen de Sadam Hussein. En este sentido, Chilcot ha advertido de que Blair presentó evidencias "con una certeza que no estaba justificada".Blair pidió perdón en 2015 por los errores de la guerra 

El propio ex primer ministro reconoció en 2015 por primera vez por los "errores" de la guerra de Irak y admitió, entre otros aspectos, que las autoridades británicas no disponían de información de Inteligencia certera sobre la presencia de armas de destrucción masiva en el país árabe.

La debilidad del argumentario pone también en entredicho la legitimidad de la invasión. "Las circunstancias en las que se decidió que había base legal para una acción militar de Reino Unido distan mucho de ser satisfactorias", ha asegurado Chilcot, según la BBC.El gobierno fracasó al alcanzar los objetivos 

La comisión también ha cuestionado la preparación de Reino Unido ante las consecuencias que podrían derivarse de la invasión y ha dicho que Londres subestimó los riesgos.

Infravaloró las consecuencias de la invasión

El planeamiento y las preparaciones para un Irak después de Saddam Hussein fueron totalmente inadecuadas

No logró los objetivos que había anunciado previamente a la invasión

La política sobre Irak se basó en débiles análisis de inteligencia

Las circunstancias en las que se decidió que había una base legal para la invasión eran "mucho menos que satisfactorias"

Hubo "poco tiempo" para preparar las brigadas antes de ser enviadas a IrakConclusiones de un informe aplastante

Estas son las cuatro conclusiones más destacadas de este colosal informe de 2,6 millones de palabras elaborado bajo la dirección del funcionario retirado John Chilcot:

"Le acompañaré, pase lo que pase", dijo Blair al presidente estadounidense George W. Bush en una nota del 28 de julio de 2002, un año antes de la invasión de Irak.

"A principios de enero [de 2003], Blair había llegado a la conclusión de que 'lo más probable es que haya una guerra'. A finales de enero, Blair acceptó el plan estadounidense de lanzar una acción militar a mediados de marzo", reveló el informe.

Blair puso al país en un camino "en el que iba a resultarle muy difícil retirar posteriormente su apoyo a Estados Unidos".

Blair "no presionó al presidente Bush para que le diera garantías sobre los planes estadounidenses (...) y no puso como condición estar de acuerdo con ese plan para participar en la acción militar".

"En ausencia de una mayoría para apoyar la acción militar, consideramos que el Reino Unido, de hecho, socavó la autoridad del Consejo de Seguridad".

"Hemos llegado a la conclusión de que el Reino Unido decidió unirse a la invasión de Irak antes de agotar todas las opciones diplomáticas para el desarme. La acción militar no era la única opción".

"Está claro que la política con Irak se hizo sobre la base de informaciones de inteligencia y consejos erróneos. No fueron cuestionados, y deberían haberlo sido".

"Los veredictos sobre la gravedad de la amenaza que suponían las armas de destrucción masiva de Irak se presentaron con un grado de certeza injustificado".

Chilcot dijo que los responsables de los servicios de inteligencia "tenían que haber dejado claro a Blair que la información evaluada no establecía 'más allá de toda duda' que Irak hubiera seguido produciendo armas químicas o biológicas, o que siguiera intentando conseguir armas nucleares".

Al mismo tiempo, el informe se muestra cauto sobre el documento que el primer ministro difundió en setiembre de 2002 sobre el arsenal iraquí.

"No hay pruebas de que se incluyera inapropiadamente información de inteligencia, o de que Downing Street influyera de manera deshonesta en el texto".

"Pese a las advertencias explícitas, las consecuencias de la invasión fueron subestimadas. La planificación y los preparativos para el Irak post-Sadam fueron totalmente inadecuados",

Blair "no se aseguró de que existiera un plan flexible, realista y con todos los recursos, que integrará las contribuciones civiles y militares británicas y abordara los riesgos conocidos".

"Los preparativos del gobierno no tuvieron en cuenta la magnitud de estabilizar, administrar y reconstruir Irak".Aznar y Blair pactaron

El entonces primer ministro británico, Tony Blair, y el jefe del Gobierno español, José María Aznar, acordaron poner en marcha una estrategia de comunicación para intentar demostrar que “estaban haciendo todo lo posible para evitar la guerra”. Lo pactaron durante la reunión que ambos mantuvieron en Madrid el 27 y 28 de febrero de 2003, menos de un mes antes de la invasión de Irak. Así lo asegura el informe Chilcot, fruto de una exhaustiva investigación sobre la participación de Reino Unido en la guerra de Irak.

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