¿Cómo de locas pueden llegar a ser las primarias en EEUU?

  • Unos que se van, otros que se quedan, otros que deciden irse de la campaña pero quedarse en la candidatura... La carrera por el puesto republicano a batirse en el ring con Obama está siendo algo más complicada de lo que se esperaban los estadounidenses.

Romney gana tres primarias republicanas en EEUU
Romney gana tres primarias republicanas en EEUU
Jean MacKenzie (EEUU) | GlobalPost

El lunes Ron Paul dijo que no gastará más dinero en hacer campaña para las primarias republicanas de EEUU. Pero eso sí, el representante por Texas continúa como precandidato.

Insistió en que continuará luchando por la nominación, en convenciones de los estados, pese a las nulas posibilidades de batir a Romney.

Las locas idas y venidas de los candidatos han contribuido a crear una especie de extraño déjà vu en torno a la campaña electoral presidencial en EEUU. Cierto sabor a farsa.

Además de las última declaración de Paul, esa fue al menos mi sensación cuando leí hace poco en la prensa: "Ron Paul gana con holgura en Maine y Nevada".

Pero, espera un momento. ¿No habíamos hecho ya Maine y Nevada? Que yo recuerde, Nevada fue victoriosa para el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, pese al entusiasta apoyo a Paul del pujante sector de los burdeles. Un caucus vinculante el 4 de febrero dio a Romney el 50 por ciento de los votos, y a Paul en 18,7 por ciento.

Pero el estado celebró su propia convención republicana el 5 de mayo, con resultados radicalmente diferentes: Paul ganó 22 de los 25 delegados del estado. Quizás la campaña "Prostitutas para Paul" haya surtido efecto después de todo.

La convención en Maine puede que haya contribuido a devolver el equilibrio perdido tras los 11 caucus no vinculantes de febrero, en los que Paul logró el 39,2 por ciento del apoyo, frente al 35,7 por ciento de su contrincante.

Los ferozmente independientes republicanos de Maine ignoraron los resultados del caucus en la convención, dándole a Paul 21 de los 24 delegados del estado.

Pero los fans no deben en ningún caso quitar la pegatina de "Romney 2012" del coche. Paul no tiene ninguna oportunidad de lograr la candidatura, aún pese a haber ganado en Nevada y Maine: obtuvo 94 delegados, frente a los 856 de Romney. Y ahora, las últimas victorias del mormón en Oregón y Nebraska aumentan la diferencia.

Aunque claro, están, por supuesto, aquellos que insisten en que Paul todavía puede lograrlo. También hay personas que están convencidas de que la Tierra es plana.

Lo que Paul puede hacer, y probablemente haga, es mantener la etiqueta de "presunto candidato" fuera de la balanza hasta la Convención Nacional Republicana en Florida en agosto. Paul puede tener el peso suficiente como para agitar el que se anticipa va a ser un espectáculo de unidad sin fisuras en Tampa.

Paul siempre ha sido un estorbo para el Partido Republicano, y ahora puede que finalmente sea hasta un poco peligroso, una etiqueta que ha estado blandiendo desde las primarias de New Hampshire, cuando dijo ante sus animados seguidores: "Somos peligrosos... para el status quo".

Así que, nos guste o no, aún habrá mucho que contar hasta que Romney sea finalmente nombrado el candidato republicano de manera irrevocable.

En ningún lado es más evidente que en Carolina del Norte, el denominado "estado campo de batalla", en donde se celebraron las primarias hace poco.

La votación en Carolina del Norte tiene lugar demasiado tarde como para tener algún efecto real en la candidatura republicana, a no ser que le den sus 55 delegados a Ron Paul. Pero los peleones candidatos republicanos, ávidos de titulares, han decidido recuperar el debate sobre el lugar de nacimiento.

No uno, sino tres candidatos al Congreso, han planteado el tema del lugar de nacimiento de Barack Obama, uno de ellos incluso llegando a afirmar que el certificado de nacimiento del presidente difundido en 2008 es una "falsificación mal hecha", aunque nadie ha presentado pruebas que justifiquen dicha acusación.

El candidato en cuestión, John Whitley, ya ha sido castigado por su audacia en una entrevista en el programa AC360 de CNN. Anderson Cooper se mantenía impertérrito mientras dejaba al titubeante político quedar en absoluto ridículo.

El otro día tuve una larga conversación con una amiga mía, una abogada de Texas. Su opinión es que muchos de los argumentos que se plantean contra Obama son simplemente cuestión de racismo, disfrazado de términos más o menos políticamente correctos.

Durante mi estancia en Carolina del Sur lo vi con claridad. En un mitin de Romney, un hombre de negocios local me contó confidencialmente que aunque él es un ferviente baptista sureño, y no comparte las prácticas religiosas de Romney, no tiene duda sobre a quién va a votar. "Mejor un mormón que un musulmán", me dijo.

Cuando al día siguiente pregunté sobre este mismo tema a un grupo de mujeres de Carolina del Sur, me miraron con condescendencia. "Ay, cariño, quiso decir que mejor un mormón que un negro.¿No lo entendiste?", me dijo una de ellas.

Mientras tanto, leo que según una predicción maya, el fin del mundo llegará en diciembre. Según varias fuentes de información, a una de cada 10 personas le preocupa esta profecía.

Aguantad ahí. El desenlace está a la vuelta de la esquina.

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