Japón va "hacia la nación hermosa" de su primer ministro Shinzo Abe

    • Japón ha aprobado modificar la Constitución para que sus tropas, 70 años después, puedan hacer la guerra.
    • Su localización estratégica, la presencia de Corea del Norte y la poderosa China, los argumentos de Abe para cambiar el histórico artículo constitucional japonés.

Rusia invita al primer ministro de Japón, Shinzo Abe al 70 aniversario de la victoria sobre los nazis
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La colosal derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, cuyo punto álgido tuvo lugar con los bombardeos atómicos de Estados Unidos sobre la población de Hiroshima y Nagasaki en 1945, dejó al país bajo una profunda impronta pacifista.La huella de la derrota fue tal, que tras la caída del emperador Hirohito -cuyas palabras de rendición provocaron varios suicidios de militares japoneses-, la nueva Constitución de 1947, en su artículo número nueve, prohibía al Estado hacer la guerra.El artículo venía también motivado por la necesidad de apaciguar a las potencias occidentales que exigían el derrocamiento del belicoso Hirohito, cuyo trono era reclamado por algunos de los Aliados.La cláusula buscaba dejar sin argumentos a quienes defendían la caída de la monarquía imperial o juzgar al emperador como un criminal de guerra.En el texto, las autoridades estatales niponas renuncian formalmente a la guerra como derecho soberano, así como al uso de la fuerza para resolver conflictos internacionales.Del mismo modo, su Ejército quedaba reducido, actualmente cuenta con 150.000 efectivos, y no podría ser más que un cuerpo dedicado a la autodefensa de sus fronteras.Ahora, casi setenta años después, el primer ministro japonés, el conservador Shinzo Abe, ha sacado adelante, con las quejas de la oposición y la ciudadanía, un controvertido paquete de medidas que permitirán al Ejército replegar tropas en el extranjero, violando así la cláusula de la Carta Magna.La iniciativa, debatida de manera ardua y maratoniana durante más de 100 horas, fue aprobada este jueves en la Cámara Baja con los votos del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) y sus socios, los budistas de Nuevo Komeito.Aunque todavía deberá ser estudiada por la Cámara Alta, donde cuenta con muchos aliados, la nueva reforma está cada vez más cerca de hacerse realidad.La URSS se derrumba, pero China emergeCon el fin de la Guerra Fría tras la caída de la Unión Soviética, llegaron años de un incuestionable dominio mundial por parte de Estados Unidos, para quién Japón es, sin duda, su mayor aliado en Asia.Es entonces cuando emerge China, el actor protagonista del continente, cuya influencia no solo en la región, sino en todo el mundo, cuestiona las hasta ahora privilegiadas relaciones de superioridad que Washington había mantenido con el resto del mundo.Pekín se ha convertido en un escollo para Estados Unidos y desde Tokio, Abe ha presionado para llevar a cabo unos cambios que sin duda serán aplaudidos al otro lado del Pacífico, donde Washington ha colaborado para equipar el pequeño, pero muy moderno, ejército nipón.Corea del Norte es el otro 'coco' del continente. Japón ha sido en varias ocasiones diana de los ataques verbales y de las amenazas que llegan desde Pionyang y por ello, Abe ha hecho gala de un interés inusitado en la política local por fortalecer la enjundia militar japonesa, agarrándose a la supuesta amenaza que supone para la seguridad nacional China y Corea del Norte.El degollamiento de un periodista japonés en Siria a manos del Estado Islámico en el mes de febrero espoleó aún más las ansias militares de Abe, quien propuso una nueva reforma por la cual las Fuerzas Armadas podrían intervenir fuera del archipiélago, de hecho ya lo hacen tomando parte en ejercicios militares y en operaciones antipiratería en el Cuerno de África, siempre y cuando acudieran al rescate de algún ciudadano nipón.Antes, en julio de 2014, ya había conseguido que se aprobara, contra el clamor de las calles, la posibilidad de que Japón ayudara militarmente en el extranjero en caso de que sus aliados fueran atacados, en lo que se denominó "derecho de autodefensa colectiva", principio que recoge el Derecho Internacional y Naciones Unidas.Shinzo Abe, 'Hacia una nación hermosa'El primer ministro japonés (Tokio, 1954) está en el cargo desde el 26 de diciembre de 2012, aunque ya ocupó ese mismo puesto entre septiembre de 2006 y el mismo mes de 2007.Abe, quien en más de una ocasión ha cuestionado los crímenes de guerra perpetrados por Japón durante la II Guerra Mundial, es autor del libro 'Hacia una nación hermosa', best seller nipón en el cual da rienda suelta a sus teorías negacionistas, argumentando que los criminales de guerra japoneses no eran tales bajo las leyes internas.En ese sentido, también niega que las tropas del Imperio del Sol Naciente se sirvieran de las llamadas 'mujeres de confort', un absurdo eufemismo utilizado en Japón para referirse a las muchachas -coreanas, chinas y filipinas, sobre todo- que fueron utilizadas por el Ejército como esclavas sexuales durante la II Guerra Mundial.Abe, nacido bajo el seno de una familia tradicionalmente implicada en política, es nieto de Nobosuke Kishi, primer ministro entre 1957 y 1960, quien dimitió tras aprobar un acuerdo de seguridad con Estados Unidos sin el visto bueno de la Cámara Alta. Las protestas en la calle se saldaron con más de 500 personas heridas.Aquella vez, la calle, como ahora, también ha hablado. El 60% de la población no quiere un Japón militarizado.No están de acuerdo con las reformas de un Gobierno dispuesto a romper con la idiosincrasia de un país consciente de su pasado, que perdonó, pero no olvida, los desastres que las ansias militares de sus gobernantes y las fuerzas extranjeras, ocasionaron a sus antepasados.

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