Los vecinos del asesino de Cox no lo pueden creer: “Era amable y ayudaba a cuidar los jardines”

  • Los vecinos de Tommy Mair, asesino de la diputada laborista Jo Cox, no salen de su asombro por lo sucedido.

    Le describen como una persona solitaria, pero educado y amable con la gente de su barrio, a la que ayudaba a cuidar las plantas.

Thomas Mair ha sido detenido por asesinar a la diputada laborista británica Jo Cox.
Thomas Mair ha sido detenido por asesinar a la diputada laborista británica Jo Cox.
L.I.

Thomas Mair, de 52 años, era solo un discreto y apacible vecino de la ciudad de Birstall hasta que este mediodía se ha convertido en el asesino de la diputada laborista Jo Cox.

Ninguno de los vecinos que le conocen por su apelativo familiar, Tommy, puede explicarse lo sucedido. No militaba en partidos políticos. No discutía sobre el asunto de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. No se metía en peleas ni discutía con los el resto de los residentes. Más bien al contrario.

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La prensa británica ha consultado a los vecinos de Mair. Le han descrito como alguien solitario pero dispuesto a a ayudar a sus vecinos cuando se lo pedían. Lleva 40 años viviendo en la misma casa, y durante la mitad de este tiempo convivió con su abuela. Cuando esta falleció, se quedó solo y sin trabajo estable.No hablaba de política

Una vecina de Mair, de 62 años, contó que esta mañana se lo encontró frente a la casa. Llevaba una camiseta gris, iba con una gorra y una mochila pequeña a su espalda "y me dijo 'hola' como siempre hacía". Añadió que se trataba de una persona muy amable con los vecinos, que "ayudaba a la gente a cuidar sus jardines". Esta vecina no cree que perteneciera a ningún partido político puesto que nunca le había oído "expresar ningún punto de vista sobre Europa o algo parecido a eso. Para nosotros, él era Tommy, un vecino que conocemos todos, un tipo tranquilo".

La amabilidad de Tommy con sus vecinos le llevaba a ayudar incluso a cortarles el jardín. En algún momento, eso sí, le habían oído regañar a unos niños que jugaban a la pelota demasiado cerca de las casas.

No se le conocía un trabajo fijo. A veces le veían acudir a la oficina de Empleo. Se cree que ayudaba a la gente en la biblioteca en el uso de los ordenadores. “Me parece que era lo que tenía que hacer para recibir la prestación por desempleo”, comenta un vecino al diario The Telegraph.

Otro residente, David Pickles, de 62 años, no podía creer lo que había pasado: “Me quedé sin habla cuando me enteré. Él es una persona solitaria, pero siempre saluda. Se ve que le gustaba estar solo, pero no lo calificaría de una persona antipática”, asegura.

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