Así era Reeva Steenkam, la novia de atleta paralímpico Oscar Pistorius

Reeva Steenkam tenía una prometedora carrera como modelo hasta que, en febrero de 2013, su novio, el atleta paralímpico Oscar Pistorius, la asesinó de 4 disparos a través de la puerta del baño.

Reeva Steenkam era 'la cara' de Avon en Sudáfrica y nombrada dos veces la más guapa del mundo por la revista FHM

La joven se definía a sí misma en su perfil de Twitter como una 'modelo, chica de portada, concursante del reality Tropika Island of Treasure, licenciada en Derecho e hija de Dios'.

Reeva Steenkam nació en agosto de 1983 en Ciudad del Cabo, y siendo pequeña todavía se trasladó con su familia a vivir a Port Elizabeth. Se licenció en derecho en la Universidad Metropolitana Nelson Mandela en la misma ciudad y pertenecía a un movimiento activista femenino.'Dulce, amable y angelical'

Además, antes de morir, estaba promocionando a la compañía de diamantes Sivana y siendo portada de revistas revistas como Clover o la italiana Zui.

Según la web del reality 'Tropika Isla del Tesoro', programa en el que participaba, ella prefería 'leer un libro en sus días de descanso y pasar su tiempo libre con la familia y amigos'. 'Estamos profundamente entristecidos y extendemos nuestras condolencias a la familia y a los amigos de Reeva', fue el mensaje de pésame de la cadena.

Por su parte, el publicista Sarit Tomlinson aseguró que la joven modelo se había convertido en una celebridad por derecho propio. La definía como 'la más dulce, más amable, un alma angelical'.Daba charlas de motivación en colegios

Reeva tenía previsto dar el día después de morir una charla de motivación a estudiantes de la escuela de Johannesburgo. 'Se trataba de la potenciación y la inspiración y lo que te inspira y cómo seguir sus sueños', dijo Tomlinson.

Tampoco uno de sus exnovios de la modelo, Alan Taylor, de 32 años, gerente de DJ y de un bar de Port Elizabeth, fue indeferente a su muerte y deseó que Pirtorius fuera 'a la peor cárcel del mundo'.

Alan y Reeva estuvieron juntos seis meses mientras ella estudiaba en la universidad. Ella se graduó como una de los 10 mejores de su promoción.

'Ella es absolutamente todo lo que todos dicen que es, y más, y el mundo es sin duda un lugar peor sin ella. Siempre he lamentado la forma en que nos separamos, pero sí estar en contacto y ella me ayudó en un momento muy difícil antes de salir de Sudáfrica. Reeva se dirigía hacia el estrellato. Es injusto que se acabe con la vida de alguien tan especial y joven', fueron las palabras que le dedicó.Pistorius, un hombre que lleva todo al extremo

La vida de la modelo acabó trágicamente un 14 de febrero. John Carlin, es, probablemente, el mayor experto en Oscar Pistoriurs y ha publicado un libro en el que traza un perfil de atleta.

'Es un personaje que lleva todo al límite. Todas sus caras son extremas. Son facetas humanas que todos tenemos pero él las lleva siempre al extremo. Tiene una extraordinaria persistencia. Ambición. Determinación. Por un lado, le amputan las piernas con once meses y por otro, con 25, corre en los Juegos Olímpicos de Londres contra los hombres más rápidos del mundo', explica.

Sin embargo, también es una 'persona muy vulnerable, muy miedosa'. 'Pistorius es una persona muy generosa, muy amable hacia los demás, hacia el prójimo. Por otro lado, es extremadamente egocéntrico. También es una persona muy cortés en el trato. Te quedas asombrado ante su gentileza y dulzura. Pero también es una persona con una rabia totalmente desproporcionada que sale de la nada. Todos estos rasgos, los lleva al límite', continúa.Convencido de que Reeve era el amor de su vida

El escritor, que mantuvo varias conversaciones con él, comenta que le sorprendieron sus buenos modales. 'Pero de repente, en medio de la conversación, una sombra cayó sobre él. Su mirada se transformó. Estaba perdida y entendió que había matado a su novia, que le esperaba el juicio y la cárcel', mantiene.

'Me llevó a la vivienda de su tío, en la que vivió los 18 meses posteriores a la muerte de Reeva y en concreto a un piso que tenía dentro de la cara. Me llamó poderosamente la atención que de la pared colgaba una foto de su novia, a la que había matado. Me dieron escalofríos. En el interior tenía muchas fotos de los dos juntos. Daba la sensación de que estaba absolutamente convencido de que esa mujer había sido el amor de su vida. Ahora que estaba muerta, en su mente, la convertía en perfecta, en su mujer ideal', concluye.

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