Barberá veía las tertulias y leía todas las críticas que recibía en los periódicos

Rita Barberá no era ajena a todo lo que se decía de ella en los medios de comunicación. Lectora voraz de prensa, estaba al corriente de las críticas que se le hacían, tanto desde sus filas como desde las ajenas. 

Fuentes de su entorno han relatado este lunes desde el Congreso y el Senado que Barberá no estaba pasando por un buen momento personal. El exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo ha confirmado esta información asegurando en Espejo Público que "la vi muy abatida y es que estaba pasando una depresión muy fuerte según me dijeron sus amigos".

El ahora diputado raso ha confesado que la exalcaldesa valenciana estaría tomando una medicina muy fuerte y ha llegado a comentar que habría rumores según los cuales su causa ante la justicia iba a acabar pronto. Ella se veía inocente del presunto caso de blanqueo de capitales que le había llevado al Tribunal Supremo.

En su entorno se comenta que le dolían especialmente las palabras que le hacían compañeros del PP. En especial las que salían de la boca de los nuevos vicesecretarios del PP.Hay que recordar que han sido varios los miembros de la cúpula del PP que han criticado a Rita Barberá. La veda la abrió Javier Maroto en una entrevista en RNE, donde apostó por hacer "una purga" contra la corrupción "se lleve a quien se lleve por delante". El exalcalde de Vitoria se mostró convencido de que asumir ese coste "merece la pena"."Se lleve a quien se lleve", insistió cuando se le ha preguntado si eso incluía a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá y a la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre.Andrea Levy, por su parte, aconsejó a la exregidora de Valencia y ahora senadora Rita Barberá que si "no suma" en el Partido Popular debería "apartarse" de sus cargos. "Eso es lo que yo haría", añadió. "Lo que yo he manifestado estos días es que uno está en el PP para sumar, y cuando uno no suma haría bien en apartarse", precisó en TVE.Barberá llegó a llamar en febrero a Génova quejándose por esa actitud de sus entonces compañeros de partido. Más tarde, la exalcaldesa fue apartada del partido.Diputados y senadores amigos personales de Barberá le recomendaban que no leyera los periódicos y que no viera las tertulias de televisión. Pero ella se negaba, quería estar al tanto de todo y en el momento. Creía que era inocente y que lo iba a demostrar ante la justicia.