PSOE y C's temen que el 'salto' de Díaz empuje a Sánchez a pactar con Podemos

  • Los de Rivera ven posible que el socialista anule su acuerdo para pactar con los de Iglesias. 

    Los planes de la andaluza de disputar la secretaría mueven a Sánchez a blindar el liderazgo. 

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EUROPA PRESS

Las jugadas para formar gobierno se dirimen en varias dimensiones. Reuniones bilaterales, mesas ' a cuatro', encuentros de líderes, o de comisiones negociadoras. Eso sí, por el momento, todas frustradas.

El miércoles, Sánchez e Iglesias retomarán el diálogo interrumpido después de que los socialistas firmasen el acuerdo con Ciudadanos. Un encuentro que no genera grandes expectativas prácticas. Pese a que los partidos han avanzado que acuden con voluntad de acuerdo, varios dirigentes han coincidido en los últimos días en que es tremendamente complicado. De nuevo en posturas incompatibles, Podemos le disgusta el pacto con los de Rivera, y Sánchez insiste en que cualquier negociación se hará sobre ese documento.

El factor que puede ablandar ese diálogo es, precisamente, la crítica situación interna de ambos partidos. En especial, la lucha de liderazgo que se perpetúa en el PSOE.

Que la presidenta andaluza, Susana Díaz, plante finalmente batalla por la secretaría general, un rumor avivado en los últimos días, puede determinar, y mucho, la marcha de estas negociaciones. En ese caso, no sería extraño que Sánchez precipitase un acuerdo con los de Iglesias para blindar su liderazgo. La convocatoria electoral quedaría entonces anulada.

Tanto en un sector del PSOE- el más crítico con el pacto con Iglesias-como en Ciudadanos se miran con preocupación estos movimientos. En un principio, el congreso socialista será el 8 de mayo, una fecha lo suficientemente ajustada como para que esta posibilidad cobre sentido. Si no se aplaza-como sugieren algunos barones autonómicos-los candidatos habrán de recoger avales ente el 11 y el 15 de abril. Eso supone que Sánchez tiene apenas dos semanas para forzar un acuerdo antes de que la amenaza de Díaz prospere.

En Ciudadanos, la desconfianza en los planes del líder socialista es patente. Pese a que se trata de quitar importancia al encuentro de este miércoles, se valora también que Sánchez pueda dejar sin efecto el acuerdo suscrito a finales de febrero si supone un obstáculo para un acuerdo con Iglesias. En ese caso, Rivera perdería toda opción de presionar en el nuevo Gobierno, y podría ver cómo su condición de socio queda liquidada en favor de Podemos. En los últimos días, la dirección socialista ha tranquilizado públicamente a los dirigentes del grupo 'naranja' y reitera que cualquier diálogo tendrá como base el ya conocido como "pacto del abrazo".

Desde la formación 'morada' se atiza también con la ambición personal de Sánchez para convertirse en presidente como resquicio para la formación de un “gobierno a la valenciana”. Varios dirigentes han avivado en los últimos días la presión de Díaz sobre la estrategia del socialista. “Sánchez sabe que su futuro político pasa por conseguir el gobierno”, dijo la secretaria general de Andalucía, Teresa Rodríguez.

Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem consideró también que la presidenta andaluza es una de las responsables de que el PSOE se haya impuesto unas líneas rojas que le han llevado a pactar con Ciudadanos y ha hecho imposible hasta ahora el acuerdo con Podemos. 

“Alguien ha decidido que el PSOE no puede ir más allá del pacto con Ciudadanos”, lamentó el diputado, este domingo. Díaz, sugirió Domènech, “debe jugar un papel importante en estas dinámicas internas del PSOE”.Presión para la abstención de Podemos

Sánchez, por su parte, acude a la reunión del miércoles con la estrategia de presionar a Iglesias para que sus diputados se abstengan para permitirle gobernar. 

La táctica se basa en el temor que entre los de Iglesias genera una nueva convocatoria de elecciones, por varias razones: la debilidad interna provocada por la fractura entre 'errejonistas' y 'pablistas' y las distintas crisis territoriales, y la incertidumbre sobre la reedición de las alianzas electorales. 

La posibilidad genera amplias divisiones en el partido emergente, y cuenta con sus mayores afines entre la corriente de Errejón, ahora mermados por el cese de Sergio Pascual. Iglesias, por su parte, es partidario de una negociación más dura. 

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