La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, tiene por costumbre anunciar alguna medida de calado, realizar un ofrecimiento o sorprender con cualquier golpe de efecto en puntuales e importantes momentos en los que la atención mediática es máxima. Es una de sus principales tácticas como presidenta de Castilla-La Mancha en los debates sobre el estado de la región de las cortes autonómicas.
El escenario hoy era otro completamente distinto, Badalona, y el motivo de su presencia era la inauguración de la conferencia política del PPC. La secretaria general de los populares ha sorprendido al ofrecer al PSC, Ciutadans, UPyD y Unió una gran coalición frente al soberanismo. La intención, en principio, no es otra que garantizar la integridad y viabilidad de Catalunya.
Pero en una semana en la que los partidos políticos no paran de filtrear entre sí, los populares sienten celos y no quieren quedarse compuestos y sin novia. El primer romance lo protagonizaron ERC y Convergència, que acudirían juntos a unas hipotéticas elecciones plebiscitarias, como si de un altar se tratara. Después siguió la relación de amor y odio entre Ciutadans y UPyD, con muy estudiadas declaraciones entre dirigentes de ambos partidos y que ha llevado a la formación de Rosa Díez a su peor crisis interna en su joven historia.
Luego llegó Pedro Sánchez, y Miquel Iceta puso a disposición de Artur Mas los 20 diputados del PSC en el Parlament para garantizarle a CiU el Gobierno hasta el final de la legislatura en caso de que ERC retire su apoyo al gobierno autonómico en caso de no celebrarse la consulta del 9 de noviembre si el Constitucional la prohíbe.
Por otro lado, se encuentran IU y Podemos, que primero tienen que firmar la separación de bienes antes de dar el "sí quiero". En definitiva, todos tienen acompañante y el PP no quiere quedarse para vestir santos.
Cospedal ha hecho este ofrecimiento porque, según ha explicado, "por encima de cualquier interés político y partidista hay que pensar que se trata de Cataluña y España", otra relación que no pasa por su mejor momento.
"Se trata de hacer todo lo que tengamos que hacer" ante el desafío de los soberanistas, ha argumentado. "No puede ser que los que nos quieren llevar al abismo se unan y los que defendemos la moderación y la centralidad y la queremos devolver al Gobierno de Catalunya no nos podamos sentar a hablar y ofrecerle al pueblo de Cataluña la solución a este problema", ha subrayado. Primero, las formaciones aludidas tienen que sentarse a hablar consigo mismas antes de negociar con otros.
Cospedal, además ha lanzado duras críticas contra CiU y ERC de dictadura encubierta por considerar diferentes a los que no piensan como ellos. Por su parte, la presidenta del PSC ha acusado a Artur Mas de cobardía política y de tener la misma credibilidad que Pujol, "ninguna".
La propuesta de Cospedal es ambiciosa, unir a todos los grupos políticos que no quieren una Catalunya independiente, pese a que PSC y Unió titubeen y estén a favor de que la consulta se realice. De ella, saldría una posición muy fuerte frente a los secesionistas.
Pero la gran coalición que ha lanzado sobre la mesa es prácticamente un imposible y Cospedal lo sabe. Los primeros en rechazarla, los socialistas catalanes. Miquel Iceta afirma que de unirse estos partidos, se polarizaría la sociedad catalana.
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