Maniobras de la OTAN en 1983 desataron en la URSS temores a ataque nuclear

  • Maniobras militares realizadas en 1983 por la OTAN estuvieron a punto de provocar, inadvertidamente, una guerra nuclear con la Unión Soviética, pero funcionarios de Estados Unidos subestimaron la gravedad de la situación, según un documento recientemente desclasificado.

El incidente se produjo durante un período que los historiadores denominan como de "temor a la guerra", cuando la Unión Soviética estaba preocupada por un ataque nuclear repentino de parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.

En noviembre de 1983, la alianza atlántica llevó a cabo un ejercicio de entrenamiento de 10 días llamado Able Archer, que involucró a fuerzas de la OTAN en Europa occidental.

Según un análisis de inteligencia llevado a cabo en 1990 y desclasificado este mes, el Kremlin reaccionó con medidas de inteligencia y militares "anormales", al colocar a las fuerzas aéreas soviéticas en Alemania oriental y Polonia en estado de alerta y llevar a cabo vuelos de reconocimiento extraordinarios.

Pero la inteligencia de Estados Unidos no percibió la gravedad del momento y restó importancia a esos movimientos, a los cuales consideraron como parte de operaciones de propaganda soviéticas, según el informe.

Posteriormente, los historiadores concluyeron que Moscú estaba realmente preocupada por el ejercicio de entrenamiento de las fuerzas de la OTAN.

"En 1983, pudimos haber inadvertidamente colocado nuestras relaciones con la Unión Soviética al borde de la ruptura", dice el Consejo Asesor en Inteligencia Extranjera de la Presidencia.

A la comunidad de inteligencia de Estados Unidos le tomó varios años percibir que el temor a la guerra pudo haber dado paso a una guerra real.

Como producto de malas evaluaciones de sus servicios de inteligencia, el entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, fue inducido a subestimar el peligro que presentó para Estados Unidos la reacción soviética, indica el informe.

Las relaciones entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, que abarcaba a los países del área de influencia soviética en Europa, pasaban por un momento de fuerte tensión, por el despliegue en Alemania occidental de los misiles nucleares estadounidenses Pershing II.

Dos meses antes, los soviéticos habían derribado un avión civil surcoreano alegando que estaba realizando una misión de espionaje.

En marzo de 1983, Reagan llamó a la Unión Soviética "imperio del mal", mientras Moscú acusó al presidente estadounidense y a sus asesores de "locos", "extremistas" y "criminales".

Más de dos décadas después del colapso de la Unión Soviética, las relaciones entre Occidente y Rusia vuelven a conocer momentos de fuerte tensión, tras la anexión por Moscú de la península de Crimea y el lanzamiento por Rusia de una campaña de bombardeos en Siria para apuntalar el régimen del presidente Bashar al Asad.

Una frase en el informe suena extrañamente profética: "Los acontecimientos están transcurriendo tan rápidamente que no sería prudente descartar que los dirigentes soviéticos, por malentendidos o por malevolencia, actúen en el futuro de forma tal que peligre la paz".

El documento fue desclasificado tras una petición formal del National Security Archive, dependiente de la Universidad George Washington.

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