¿La fórmula de los independentistas? Munté y Junqueras a la presidencia, Mas en la sombra

    • Los anticapitalistas quieren un gobierno 'coral' con presencia femenina y dan respiro a Mas: "No queremos su muerte política".
    • Miembros de las CUP piden también rebajar el tono hacia el líder convergente sin ceder en la negativa a la investidura.
El president, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, tras la firma del Decreto del 9N.
El president, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, tras la firma del Decreto del 9N.

La cuadratura del círculo para el futuro Govern deja, a día de hoy, poco espacio para que Junts pel Sí y la CUP lleguen a entenderse sin que ninguno de ellos sienta que pierde con el acuerdo. Eso sí, nadie está dispuesto a cesiones de peso, y menos aún Mas, que reivindica que se le reconozca el haber asumido durante este tiempo el liderazgo del procès.

Existen, no obstante, ciertos márgenes. Para la CUP, la apuesta se vertebra en varios ejes: un Gobierno coral, con el poder repartido y un mayor peso del independentismo, otorgando además a las mujeres un peso más protagonista. En este escenario, los convergentes trabajan en un plan alternativo en el que Mas pueda ser sustituido si los de Baños no dan el brazo a torcer. Y en ese plan suena el nombre de Neus Munté. La vicepresidenta del Ejecutivo catalán es persona de máxima confianza del 'president' en funciones, que le ha ido otorgando un creciente peso institucional hasta dotarla de un poder incuestionable. Primero, como Consejera de Bienestar Social y Familia, Secretaria Ejecutiva y Responsable de comités de políticas especializadas, después, tras la última remodelación, como vicepresidenta y portavoz en sustitución de sus hasta entonces pesos pesados, Joana Ortega y Francesc Homs.

Munté figura como número dos de los convergentes en la lista de Junts pel Sí y goza también del agrado de ERC. Incluso tiene un pasado de peso como sindicalista que podría allanar el visto bueno de la CUP. Entre 1996 y 1999 fue miembro de la Comisión Ejecutiva Nacional de la Federación de Servicios Públicos de UGT y entre 2004 y 2010, Secretaria de Empleo, Educación y Política Institucional.

Colocarla en puesto de salida significaría un reemplazo tranquilo para Mas en caso de que las negociaciones sigan enrocadas. "Desde el primer minuto era y es conocido el nombre del candidato a la presidencia, nosotros no podemos hacer otra cosa que pedir respeto por este nombre", descartó este mismo miércoles.

Con la convergente, otro de los candidatos que gana posiciones para asumir liderazgos es Oriol Junqueras. El republicano cuenta desde siempre con el beneplácito de las CUP y en los últimos días ha tratado de templar los ánimos. "La CUP es imprescindible y es una suerte que sea así", dijo ayer. Tampoco en ese hipotético gobierno coral quedarían descartadas la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, o la exdirigente de ANC, Carme Forcadell. Ambas con un perfil lo suficientemente neutro para el independentismo.Algunas concesiones: "Mas es uno de los nuestros"

Depender del partido de Baños era un escenario previsto para Mas y los suyos pero no por ello menos indeseado. No obstante, se confiaba también en que la posición de partida sería más amable y que las conversaciones avanzarían a buena marcha una vez pasado el 27-S. Tener cerrado el gobierno cuanto antes suponía también un importante golpe de efecto para el hasta ahora 'president', pero enredarse en rencillas y reproches, consigue justamente lo contrario: amplificar la sensación de inestabilidad que han dejado los resultados de este domingo.

Por ahora, la CUP se mantiene firme en su condición de que el apoyo, que se sabe imprescindible, pase porque el president en funciones quede descabalgado. Los anticapitalistas son recelosos a favorecer a un partido, CDC, al que reprochan austeridad y tijeretazos. Pero mucho más a aupar a su líder, a quien consideran máximo responsable de las políticas atacadas durante dos legislaturas en el Parlament.

No investir al ahora president en funciones no implica, no obstante, que no existan ciertas concesiones. Para empezar, que no quede 'enterrado' políticamente en el futuro gobierno catalán. La número dos de la CUP, Anna Gabriel, confirmaba este jueves que existe "voluntad de entendimiento" para llegar a acuerdos que no signifiquen la "muerte política" para Mas. "Tenemos en la cabeza quién puede presidir este Govern excepcional", sugirió, sin dar nombres.

Estas declaraciones se unen a las voces que en las CUP piden no mantener una posición sectaria con respecto al líder de CDC y a su partido, y que, pese a vetarle en la investidura, éste pueda seguir ocupando un cargo representativo. Este miércoles, el escritor Julià de Jodar, número siete por Barcelona y miembro del futuro Parlamento, realizó una llamada en favor del president, a quien calificó de "uno de los nuestros" por haber desobedecido el pasado 9 de noviembre y emplazó a su partido a "no dejarlo solo" tras resultar imputado. La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha conseguido aunar las voces de los independentistas, al margen del debate sobre la investidura.

En el avance de las negociaciones resultará clave el encuentro que el partido de Baños mantendrá este fin de semana con su militancia y en el que los anticapitalistas pretenden consensuar los próximos pasos a dar. En cualquier caso, el apoyo o no de la CUP a la investidura no compromete el acuerdo entre CDC y ERC para el reparto de los escaños. La aritmética seguirá una proporción del 60% para los convergentes y el 40 para los republicanos, lo que se traduce en un 30 por 21 escaños y once puestos para los independientes.



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