Los últimos movimientos de Sánchez incendian a sus barones y a Podemos

    • Los gestos a los independentistas rompen la tregua interna y provocan también las críticas de Iglesias.
    • "Hará todo lo posible por ser presidente", asume un dirigente socialista.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Contra pronóstico, el PSOE ha logrado distintos acuerdos con casi todos los partidos que conforman el actual arco parlamentario, excepto con aquel que en un principio se planteó como opción más probable, Podemos.

El primer pacto de la legislatura, la Mesa del Congreso, dejó la foto inédita del entendimiento entre PP y PSOE, también con Ciudadanos, por el cual los socialistas lograron quePatxi López fuese designado el miércoles presidente de la Cámara. Los populares renunciaron a proponer candidato, y permitieron el nombramiento con su abstención, mientras que los de Rivera le dieron el voto positivo.

Pese a tratarse de un acuerdo a tres, la negociación se hizo a dos bandas. Por un lado, el PP con Ciudadanos, por otro, el PSOE con Ciudadanos. Como explicó el propio Rivera en rueda de prensa, "Hay un acuerdo a tres, lo que pasa es que a PP y PSOE les cuesta mucho decirlo en público", resumió el líder naranja. La composición de la Mesa quedó así en tres puestos para el PP y dos para PSOE, Ciudadanos y Podemos, de forma que, en la práctica, el partido de Rivera se convierte en árbitro para frenar medidas tanto de la izquierda como de la derecha.

El acuerdo irritó notablemente a Podemos, que afeó al líder socialista el haber elegido estar del lado de PP y Ciudadanos y le advirtió de que la decisión aleja un posible entendimiento a posteriori. "Si alguien ha puesto tierra de por medio con la posibilidad de cambio ha sido Pedro Sánchez", afirmó el miércoles, en la sesión constitutiva del Congreso."El trío del búnker"

En el partido emergente se desconfía de Sánchez, a quien se acusa de acabar posicionándose siempre del lado de los populares y se aviva la posibilidad de la gran coalición, o, como denominan, "el trío del búnker que quiere que nada cambie". El acuerdo veta a Podemos la posibilidad de que sus confluencias territoriales dispongan de grupo propio, un asunto que está provocando las primeras grietas en la candidatura de Iglesias. Varios socios han advertido con integrarse en el grupo Mixto, o formar incluso alianza con Garzón, si no se les concede lo que, recuerdan, era una exigencia en las negociaciones electorales.

Sánchez trata de desvinvular las negociaciones para la Mesa con las que, pretenden, le lleven a la presidencia, e insiste a Iglesias para seguir explorando el pacto de un Gobierno de progreso. "Yo le preguntaría a Pablo Iglesias: ¿Qué concepto de la democracia tiene?", espetó el líder de los socialistas a los periodistas tras registrar en el Congreso las 17 primeras iniciativas legislativas del Grupo Socialista en esta legislatura.

El secretario general de Podemos, por su parte, ha vuelto a arremeter este fin de semana contra el PSOE afirmando que en este partido "las posturas que dominan son las de los intransigentes que prefieren seguir pactando con la derecha"

"Por desgracia, en nuestro país tenemos un Partido Socialista que aplica líneas rojas y que funciona como una veleta", cargó el líder emergente en Lisboa, en referencia a que se veten las conversaciones con su partido por su defensa del 'derecho a decidir' y, en cambio, se facilite a los independentistas tener grupo propio en el Senado.Gestos hacia PNV, ERC y CDC

En los últimos días, la dirección socialista ha dejado suficientes gestos que bien podrían ser interpretados como un guiño a la investidura. Al PNV le cedió uno de los tres puestos que le correspondía en la Mesa del Senado, después de que le hubiese propuesto ya contar con uno en la del Congreso. La posibilidad quedó frustrada por la negativa de PP y Ciudadanos al apreciar en ella una maniobra con vistas a la formación del Ejecutivo.

A cambio, los nacionalistas vascos estarían ya valorando dar a Sánchez el apoyo de sus seis diputados. Las conversaciones formales entre ambas formaciones ya se han producido, y los dirigentes vascos, que tratan de evitar una nueva convocatoria electoral, no se habrían mostrado contrarios a contribuir a un gobierno alternativo a Rajoy, siempre y cuando en ese acuerdo no se incluya a Ciudadanos.

La decisión del PSOE volvió, en cambio, a encender el malestar en Podemos. Desde la formación emergente se considera que los socialistas han hecho un "ejercicio de trilero" al colocar en la Mesa al PNV, impidiéndoles a ellos disponer de representación. "No lo entendemos, Sánchez renuncia a ser presidente", dijo rotundo Ramón Espinar, portavoz de Podemos en la Cámara alta. Según este acuerdo, el PP tendrá en la Mesa cuatro miembros, el PSOE a dos y el PNV, a uno. La presidencia corresponde al 'popular' Pío García Escudero.

El último movimiento de Sánchez, hacia ERC y Democracia i Llibertad, ha provocado una sonora respuesta de la oposición, y de los propios barones. La decisión de ceder a los independentistas cuatro senadores para que puedan contar con grupo propio ha sido despejada desde la dirección como un gesto de "cortesía parlamentaria", aunque pocos son los que no ven en ello la intención del socialista de sacar rédito electoral.

Por el momento, los republicanos niegan conversaciones y equiparan al PSOE con el PP. "Para nosotros, es lo mismo. Consideran una amenaza el voto de los catalanes, y pactaron el artículo 135", recordó un dirigente a este periódico.Críticos de Sánchez asumen que hará "todo lo posible" para llegar al poder

El gesto hacia el independentismo ha roto la tregua interna que desde las últimas semanas parecía haberse dado el socialismo. Con los barones en guardia, el sector más crítico trata de digerir a duras penas un escenario convulso: "Hará todo lo posible para ser investido", dice uno de ellos.

El préstamo de los senadores fue calificada de "inexplicable" por el presidente extremeño Fernández Vara y de "indeseable" por el aragonés Javier Lambán. También la dirección andaluza marcó las distancias. Desde la federación de Susana Díaz se asume en público que es una decisión de la dirección nacional, mientras arrecian también los ataques en privado. El último en sumarse a las críticas ha sido el expresidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien desde La tercera de ABC, cargó duramente este fin de semana contra el movimiento de Sánchez y advirtió de que su voto al PSOE "resulta incompatible" con la cesión.

Entre tanto, los afines a Sánchez tratan de desvincular la cesión de una estrategia de investidura y han recordado que se trata de una "circunstancia que se ha producido mil veces". "No es la primera", recordó este viernes la presidenta de los socialistas, Micaela Navarro, mientras el nuevo presidente del Congreso, Patxi López, evitaba las valoraciones.

A los gestos se añadió también este viernes, la llamada de Sánchez al nuevo president, Carles Puigdemont, para ofrecerle una "reforma federal de la Constitución" que resuelva la crisis catalana.

Las posibles negociaciones con los independentistas, destacan los críticos, son una clara vulneración del acuerdo del comité federal, firmado el pasado 28 de diciembre, y en el que se marcan claramente las "líneas rojas".

"El PSOE actuará en coherencia con sus valores, con lealtad a los españoles, y anteponiendo siempre el interés de España a cualquier otro objetivo. Esa responsabilidad y ese interés general hacen que rechacemos, de manera tajante, cualquier planteamiento que conduzca a romper con nuestro ordenamiento constitucional y que amenace así la convivencia lograda por los españoles durante estos últimos 37 años. La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento sólo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas", se advierte.Los socialistas tendrán ocasión de exponer sus fracturas el próximo 30 de enero, día en que el partido celebrará un Comité Federal que se prevé convulso y duro para Sánchez. De esa reunión saldrá la fecha en la que se celebrará el congreso del partido en el que se elija a un nuevo secretario general y al que ya ha anunciado que se presentará el actual líder del partido, Pedro Sánchez.

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