Ha sorprendido. En uno de los días más tensos y dramáticos de la carrera política de Artur Mas este no ha dejado de ser galante, simpático y de repartir sonrisas para los miembros de la CUP. No solo eso. La broma del día ha sido una frase de Baños que hubiera hundido a cualquiera: "vuelva usted el jueves".
Y Mas, ni corto ni perezoso le ha dicho eso de sí, volveré el jueves. Y no solo eso. Le ha contestado haciéndole una nueva oferta. "Como me invita a volver el jueves, espero poderme extender.Señor Baños, hay margen para entendernos, creo yo y lo tenemos que hacer a favor del proceso de independencia de Cataluña. Usted decía que somos 72 diputados los que somos independentistas en el Parlament -62 de Junts pel Sí y 10 de la CUP-, quizás no para todo pero sí para poner en marcha este proyecto".
¿Por qué no nos reunimos los 72 que votamos allí y decidimos sólo nosotros que somos los independentistas? Vaya a saber qué puede pasar. Que el todo pase por delante de la parte. Y que más allá de personalismos haya un gobierno definitivo y para caminar al mismo ritmo que una buena parte de esta sociedad", ha manifestadoMas.
Al final la CUP está ahogando como pocos a Mas. ¿Quién se lo iba a decir al líder de Convergencia, acostumbrada a manejar los destinos de los catalanes casi sin oposición? Pero Mas es zorro viejo en política, un equilibrista nato, y sus sonrisas dejan a muchos perplejos. Son muchos los que piensan que ese apretón de manos tras el no de hoy deja abierta la posiblidad a un quiebro el próximo jueves. Allí estará Mas, que tiene dos días para hacer lo que más le gusta: enredar entre bambalinas. Siempre lo ha hecho y ha sobrevivido.
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