El PSOE no podría derogar los acuerdos con la Iglesia sin el apoyo del PP

Alfredo Pérez Rubalcaba ha proclamado en el último congreso del PSOE que el partido "ha vuelto". Los socialistas están de vuelta con un ideario mucho más tendente a la izquierda para tratar de recuperar el voto perdido de un electorado desencantado que se ha ido moviendo hacia Izquierda Unida y, en algún caso, hacia UPyD.

En esta pretensión de regreso a la izquierda ideológica, el PSOE recupera una vieja reivindicación, conocedores de las pasiones que despierta en el ámbito anticlerical: los acuerdos del Estado con la Santa Sede.

Estos acuerdos, vigentes desde 1979, hacen referencia a aspectos jurídicos, culturales, de asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas... y económicos. Este último punto es contra el que pretende luchar el PSOE, contra lo que denominan privilegios de la Iglesia.

Desde la firma de este acuerdo, la Iglesia está exenta en materia tributaria en relación al dinero que recauda de los fieles, con la adquisición de objetos de culto y de pagar el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) de templos, capillas, residencias eclesiásticas, oficinas parroquiales, conventos o congregaciones.

Además, el vigente acuerdo incluye que en la Declaración de la Renta haya una casilla para que todo el que así lo desee, destine un 0,7% a fines eclesiásticos.

Las manifestaciones de los distintos líderes del PSOE (Rubalcaba, Chacón, Valenciano, Madina...) durante estos meses han girado en torno a la idea de modificar los acuerdos con la Iglesia para quitarle estos privilegios fiscales.

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Así, el líder socialista adelantó hace un mes que "vamos a aprobar la revisión del Acuerdo y vamos a plantear un modelo de educación religiosa que sea consistente con nuestro Estado, que es aconfesional".

Dicho y hecho. La Conferencia Política del PSOE aprobó el pasado fin de semana en su conferencia política "exigir que la Iglesia avance hacia su autofinanciación y que se elimine la casilla de aportación a esta confesión de la declaración de la renta".

Según fuentes socialistas, la idea es que la Iglesia y el resto de confesiones se financien a través de las aportaciones voluntarias de los particulares, que tendrían su correspondiente desgravación fiscal.

Además, se ha planteado que paguen el IBI las propiedades eclesiásticas que no son propiamente lugares de culto, que seguirían exentas de abonar este impuesto en la misma manera que lo están, por ejemplo, los monumentos o los colegios.

La comisión, que terminará sus trabajos de madrugada, ha aceptado también denunciar los acuerdos con la Santa Sede si el PSOE vuelve a gobernar y exigir una escuela completamente laica. A este respecto, Eduardo Madina, secretario general del grupo parlamentario socialista afirmó antes del congreso que "vamos a aprobar la revisión del acuerdo y vamos a plantear un modelo de educación religiosa que sea consistente con nuestro Estado, que es aconfesional".

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A pesar de la intención socialista de revisar los acuerdos, Alfredo Pérez Rubalcaba fue un paso más allá en el discurso que cerraba la conferencia socialista.

El líder del PSOE afirmó que iban a "derogar" estos acuerdos para que "no haya más élites ni castas dirigiendo la vida de los ciudadanos".

Esta promesa de Rubalcaba es bastante engañosa a tenor de la realidad: Los acuerdos con la Iglesia tienen rango de tratado internacional, por lo que para derogarlas se requiere mayoría en el Congreso. En concreto se requieren dos tercios de la cámara votando en un mismo sentido.

Este hecho hace que, a pesar de ganar las próximas elecciones, Rubalcaba necesitaría el apoyo del Partido Popular para poder derogar estos acuerdos, algo a todas luces improbable.