El Sínodo de la familia usa círculos como Podemos para oír a todas las voces

    • El Sínodo trabaja ahora dividido en diez círculos menores, grupos de 20 personas aproximadamente, divididos por lenguas, que han elegido unos responsables.
    • Aunque sólo los 191 obispos tienen derecho al voto, la participación de decenas de laicos y 13 matrimonios, uno de ellos mixto de religión entre un musulmán y una cristiana, ha supuesto un enriquecimiento de experiencias.

Comenzó el Sínodo sobre la familia que propondrá acogida a divorciados y gais
Comenzó el Sínodo sobre la familia que propondrá acogida a divorciados y gais

El secretario general del Sínodo, cardenal Lorenzo Baldisseri, ha explicado en una entrevista en el diario del Vaticano 'L'Osservatore Romano' que los tiempos del Sínodo han sido respetados minuciosamente, escuchando a todos los que han pedido intervenir, y que el Papa le ha felicitado por su precisión: "Usted es un reloj suizo", ha expresado el Papa a Baldisseri.

El Sínodo trabaja ahora dividido en diez círculos menores, grupos de 20 personas aproximadamente, divididos por lenguas, que han elegido unos responsables. El portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, explicó que por la dinámica del sínodo son más importantes estos círculos menores que el debate general porque "las personas se pueden expresar más en un diálogo interactivo".

Baldisseri ha señalado que de este resumen que será presentado el lunes "se llegará al documento final de esta asamblea, la Relatio synodi, que será votada el sábado 18 de octubre y entregada al Papa". Aunque sólo los 191 obispos tienen derecho al voto, la participación de decenas de laicos y 13 matrimonios, uno de ellos mixto de religión entre un musulmán y una cristiana, ha supuesto un enriquecimiento de experiencias que nunca antes se había puesto en práctica en este tipo de reuniones de discusión en el Vaticano.Abrir la puerta a los matrimonios civiles o parejas

Los participantes en el Sínodo de los obispos coincidieron hoy en que la Iglesia Católica tiene que tener en cuenta también los valores positivos de las parejas unidas por lo civil o en convivencia.

Así lo consideraron hoy en la "Relatio post disceptationem" (relación tras el debate) difundida hoy en el Vaticano, donde hoy comenzó la segunda y última semana de su reunión extraordinaria.

El relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö, leyó ante la asamblea de obispos el documento resumen de todas las intervenciones de la pasada semana y en la que se destacan la apertura a valorar los aspectos positivos que existen también en las parejas que no se han casado por la Iglesia y el acogimiento a todas las personas en situaciones "difíciles" como el divorcio.

"Una sensibilidad nueva de la pastoral actual consiste en acoger la realidad positiva de los matrimonios civiles y, reconociendo las debidas diferencias entre las convivencias. Es necesario que (...) indiquemos también elementos constructivos en aquellas situaciones", se lee en la relación.

Durante el debate los obispos han destacado el aumento de los casos de parejas que no se casan por la Iglesia, pero también el número creciente de aquellos que, después de haber vivido juntos desde hace mucho tiempo, solicitan la celebración del matrimonio en la Iglesia.

Para los obispos, la convivencia "es a menudo elegida a causa de la mentalidad general, contraria a las instituciones y a los compromisos definitivos", pero también por la falta seguridad económica, ya que además en muchos países las parejas consideran que "casarse es un lujo, de modo que les empuja a vivir en uniones".

Los obispos animan a las diócesis a acoger los valores familiares auténticos "o al menos el deseo de ellos" que existen en estas uniones, pero señalan que es necesario.

No obstante, los obispos instan a abordar estas situaciones de manera constructiva y a intentar transformarlas hacia un matrimonio y una familia a la luz del Evangelio con la ayuda del testimonio atractivo de auténticas familias cristianas.

Las nueve páginas de la "Relatio post disceptationem" servirán ahora al Sínodo de base para los trabajos de los llamados 'círculos menores', grupos divididos por idiomas para preparar el documento final que será entregado al papa Francisco a finales de semana,La precariedad, impedimento para tener hijos

Los 253 participantes del Sínodo de los Obispos reunidos en el Vaticano para afrontar los principales desafíos a la familia en el contexto de la nueva evangelización han advertido del "individualismo exasperado", de la economía que "aplasta" y de la "soledad" como las principales amenazas a la familia.

El relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö, ha expuesto este durante la undécima Congregación general este texto que será la base para el documento final del Sínodo.

Así se ha puesto de manifiesto que uno de los principales desafíos de las familias es la "soledad", que destruye y provoca una "sensación general de impotencia" con relación a la realidad socioeconómica que muchas veces "termina por aplastar".El individualismo desnaturaliza la familia

En este sentido, se ha advertido del peligro representado por un "individualismo exasperado" que desnaturaliza las relaciones familiares y termina por considerar a cada componente de la familia como una isla, haciendo prevalecer, en ciertos casos, la idea de "un sujeto que se construye según sus propios deseos tomados como un absoluto".

Por otro lado, se ha constatado que en las sociedades africanas rige todavía la práctica de lapoligamia. En los países con pocos católicos, son numerosos los matrimonios mixtos, con todas las dificultades que conlleva en orden a la configuración jurídica, la educación de los hijos y el recíproco respeto del punto de vista de la libertad religiosa, "pero también con las grandes potencialidades del encuentro en la diversidad de la fe que estas historias de vida familiar presentan".

El documento también resalta que en muchos ámbitos no sólo occidentales se está desarrollando "la praxis de la convivencia antes del matrimonio o también de la convivencia no orientada a asumir la forma de un vínculo institucional". Además, se ha puesto sobre la mesa que hay muchos niños que nacen fuera del matrimonio y que el número de los divorciados "es creciente y no es raro el caso de opciones determinadas únicamente por factores de orden económico".Los niños y las disputas entre padres

La 'Relatio post disceptationem' ha puesto énfasis en que la condición de la mujer tiene que ser defendida y promovida ya que, según recoge el documento, se registran muchas situaciones de violencia dentro de las familias. Además, advierte de que los niños son frecuentemente objeto de disputas entre padres y que ellos son las "verdaderas víctimas" de las laceraciones familiares.

Por otro lado, el documento expone cómo las sociedades afectadas por la violencia a causa de la guerra, del terrorismo o de la presencia de la criminalidad organizada, observan "situaciones familiares deterioradas". Además, el informe concreta que las migraciones representan otro signo de los tiempos para afrontar y comprender, con toda la carga de consecuencias sobre la vida familiar.

Varios padres sinodales han expuesto también la necesidad de hacer más accesibles y ágiles los procedimientos para el reconocimiento de casos de nulidad. Además, se han manifestado diferentes posturas respecto a las soluciones para los divorciados vueltos a casar, en especial, sobre su acceso a los sacramentos.

De este modo, se ha propuesto la agilización del procedimiento de las causas matrimoniales, a través del aumento de la "responsabilidad del obispo diocesano", el cual en su diócesis podría encargar a un sacerdote debidamente preparado que pueda gratuitamente aconsejar a las partes sobre la validez del matrimonio.Relevancia de la Fe

Por otro lado, el documento expuesto por el cardenal Erdö da cuenta de que se debe considerar "la posibilidad de dar relevancia a la fe de los novios en orden a la validez del sacramento del matrimonio". Sobre todo se ha destacado que "en todos los casos se trata de establecer la verdad sobre la validez del vínculo".

Además, el documento afirma que la comunidad local y los pastores deben acompañar a las personas divorciadas pero no vueltas a casar con preocupación, sobre todo cuando hay hijos o es grave su situación de pobreza. Sobre las situaciones de los divorciados vueltos a casar se ha puesto sobre la mesa la necesidad de "un discernimiento atento y un acompañamiento lleno de respeto, evitando cualquier lenguaje o actitud que les haga sentir discriminados".

El documento expresa que hacerse cargo de estas personas "no supone para la comunidad cristiana un debilitamiento de la fe y del testimonio de la indisolubilidad matrimonial, sino que expresa su caridad con este cuidado".

Con respecto a la posibilidad de acceder a los sacramentos de la Penitencia y de la Eucarística, algunos han argumentado a favor de la disciplina actual en virtud de su "fundamento teológico", otros han optado por una mayor apertura a las condiciones bien precisas cuando se trata de situaciones que no pueden ser disueltas sin determinar nuevas injusticias y sufrimientos.

En este sentido, el documento expuesto por el cardenal Erdö informa de que para algunos padres sinodales el eventual acceso a los sacramentos debe ir precedido de "un camino penitencial -bajo la responsabilidad del obispo diocesano-, y con un compromiso claro a favor de los hijos".

Soluciones no generalizadas

Esto se trataría de una posibilidad "no generalizada, fruto de un discernimiento actuado caso por caso, según una ley de la gradualidad, que tenga presente la distinción entre el estado de pecado, estado de gracia y circunstancias atenuantes".

El documento plantea la clara necesidad de opciones pastorales valientes para sanar a las familias heridas, entre ellas los separados, los divorciados no vueltos a casar o vueltos a casar.

En este sentido, los Padres sinodales, han advertido de "la urgencia de nuevos caminos pastorales", que partan de la realidad efectiva de "las fragilidades familiares", reconociendo que estas situaciones no se eligen la mayor parte de las veces, sino que solo se sufren. Se ha puesto de manifiesto que no es sabio pensar en "soluciones únicas" o inspiradas en la lógica del "todo o nada".

Además, se ha resaltado la necesidad de que el diálogo y el debate vividos en el Sínodo continúen en las Iglesias locales al tiempo que se ha subrayado que las familias católicas están llamadas a ser en sí mismas los "sujetos activos de toda la pastoral familiar".

Sobre las familias heridas se ha planteado que primero debe ser escuchada "con respeto y amor" haciendo a sacerdotes, religiosos y laicos de la Iglesia sus compañeros de camino. Han subrayado que es "indispensable hacerse cargo de manera leal y constructiva de las consecuencias de la separación o del divorcio" así como pensar en los hijos que no pueden convertirse en un "objeto de contienda y que se deben buscar las "formas mejores" para que puedan superar el trauma de la división familiar y crecer en el modo más posible sereno.

El informe presentado por el cardenal Erdö es un resumen de 58 puntos, dividido en tres partes, precedido por una Introducción y con una conclusión final. La primera parte versa sobre la necesidad de escuchar el contexto y los desafíos a la familia; La segunda aborda la mirada a Cristo y al Evangelio de la familia; La tercera es una línea guía que se basa en la confrontación con las perspectivas pastorales.Más tolerancia hacia la homosexualidad

Los participantes en el Sínodo de los obispos consideran que los homosexuales "tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana", pero se interrogan sobre cómo encontrar una camino realista de acogida.

Así se lee en la "Relatio post disceptationem", documento resumen de todas las intervenciones de la pasada semana y que el relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö, presentó hoy ante la asamblea extraordinaria de obispos.

En el capítulo dedicado a este asunto, los obispos se preguntan: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?, ¿nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?.

Ante estos interrogantes, los obispos no sacan conclusiones y se limitan a afirmar que la cuestión de la homosexualidad "requiere una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual".

Para los participantes en este Sínodo sobre la familia, este tema "se presenta como un importante desafío educativo". Los obispos afirman que han tomado en consideración durante los últimos días que "hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas".

Y aseguran que "la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños". No obstante, en este apartado los miembros de la Iglesia católica reiteran que para ellos "las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer".

Y concluyen que sobre este tema "no es aceptable que se quieran ejercer presiones sobre la actitud de los pastores o que organismos internacionales condicionen". Las nueve páginas de la "Relatio post disceptationem" servirán ahora al Sínodo de base para los trabajos de los llamados "círculos menores", grupos divididos por idiomas para preparar el documento final que será entregado al papa Francisco a finales de semana.

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