Cortes estridentes de futbolistas, la moda en barberías callejeras de Panamá

Moisés Quintero mira el celular una y otra vez mientras con pulso de cirujano diseña a punta de navaja y tijeras una estrella y varias rayas sobre el cabello de José, quien le ha pedido que lo peine como el jugador egipcio de la Roma, Stephan El Shaarawy.

El celular y las fotografías que tiene al lado de un pequeño espejo permiten a Quintero pulir detalles de sus cortes más estridentes.

Su cliente le da también indicaciones en medio de una música ensordecedora que hace vibrar la tarima sobre la que está instalada la barbería.

Es la moda de muchos jóvenes panameños: ir a las barberías callejeras para peinarse al estilo de futbolistas como Lionel Messi y Neymar, del Barcelona; Cristiano Ronaldo, del Real Madrid; Paul Pogba, de la Juventus o Alexis Vidal, del Bayern Munich.

"El estilo ha cambiado bastante porque ahora se hacen más dibujos y diseños imitando a los futbolistas famosos", dijo Quintero a la AFP.

Quintero es uno de los tres socios de la "Champapa", una de las múltiples barberías al aire libre que han proliferado en la capital panameña.

Tras mirar largamente su cresta y los dibujos de su peinado en el espejo, José Tuñón, un obrero de la construcción de 23 años, paga siete dólares.

"Mi mamá me molesta cuando llego a casa con este corte de El Shaarawy, pero a mí me gusta", dice Tuñón entre risas a la AFP.

En "Champapa", dos bancos castigados por el paso del tiempo y una palmera hacen de sala de espera, donde algunos clientes se refrescan con cervezas y bebidas energizantes mientras pelean con los mosquitos.

Lester Sánchez, un estudiante de turismo, es hincha del Real Madrid, pero se peina como Neymar.

"Me peino cuando puedo como Neymar porque me gusta su corte y quiero estar a la moda", dijo Sánchez, quien reconoce, sin embargo, que no puede imitar siempre al astro brasileño porque su imagen "lamentablemente no le gusta a mi chica".

"Yo no dudo. Me lo corto como Messi. Es el mejor jugador del mundo y si el cambia de estilo de peinado yo hago lo mismo", mantiene el nicaragüense Gabriel Caliz.

Estas barberías al aire libre son más baratas que las convencionales. Los barberos pagan unos 10 dólares diarios por el alquiler de una silla y el precio del corte va de los tres dólares por uno sencillo hasta los 12 dólares por uno más sofisticado, con dibujos y figuras.

En estos negocios se hacen en el cabello cuadros y rayas, notas musicales, telas de araña, dibujos animados o cabezas de animales, y no hay que olvidar las crestas y los nombres, por los cuales se paga un dólar por cada letra.

En estas rudimentarias instalaciones, muchas de ellas enrejadas, los utensilios, productos de belleza, ventiladores para combatir el sofocante calor y el equipo musical se amontonan en espacios reducidos.

"En este tipo de barberías se hacen buenos cortes y se ve la calidad que no hay en las peluquerías convencionales", dijo Axel Apodaca, un obrero de 28 años que se peina regularmente como Cristiano Ronaldo.

Los cortes de cabello también tienen sus nombres. Un "mango chupado" se refiere al pelo levantado de Neymar; un "Kobe" al rasurado del jugador de la NBA Kobe Bryant; un "Vidal" a la cresta del jugador chileno Arturo Vidal, o un "Jersey" al corte del cantante puertorriqueño Daddy Yankee.

"Aquí vienen más que todo jóvenes a pedir su corte de moda. Hasta te traen fotos de internet y te dicen: 'hazme el corte de fulano o de mengano y hay que hacérselo'", manifestó Rubén Vega, uno de los fundadores de la barbería Boricua Style.

Algunos barberos manifiestan que han llegado a ganar 300 y hasta 600 dólares diarios, por la rapidez y destreza con la que trabajan.

"Algún día vamos a batir un récord de lo rápido que cortamos el cabello", bromea Vega, quien hace cortes en menos de cinco minutos.

Algunas mujeres también acuden a estas peluquerías para imitar el peinado de mujeres famosas, como la polifácetica actriz de Barbados "Rihanna".

Entre los visitantes de estos establecimientos, cuestionados por las autoridades locales por insalubres e inseguros, también hay pandilleros.

"Ellos piden cortes especiales y más elegantes. Son más exigentes para estar más bonitos", manifiesta el peluquero Moisés Caballero, mientras a escasos metros en plena Avenida Central, un predicador hace llamados a "salvar el alama" en "este mundo de perdición".

jjr/on/ol

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