Penas y glorias de Roma en el gigantesco mural del sudafricano Kentridge

Con un mural largo de 550 metros, con 80 figuras de 10 metros de altura realizadas sobre los murallones de Tíber, el artista sudafricano William Kentridge plasma penas y glorias de Roma, de Julio César a Mussolini, en un imponente homenaje a la historia de la Ciudad Eterna destinado a desvanecerse en pocos años.

"Sí, es verdad, esta una obra efímera, porque esa es su naturaleza", reconoce en una charla con la AFP el artista sudafricano, de 60 años, célebre en todo el mundo por sus collages, grabados y películas animadas y por sus obras con temáticas sobre el colonialismo y la segregación racial.

Desde el puente Sisto, uno de los más antiguos, hasta el puente Mazzini, Kentridge repasa la historia de Roma gracias a un original sistema en el que evitó emplear pintura y colores, limitándose a limpiar la pátina de mugre acumulada a lo largo de los años en el travertino, la piedra romana con la que se construyeron los muros de contención del río.

"Hay una mezcla de momentos heroicos y momentos vergonzosos. Toda historia es una mezcla de gloria y vergüenza y de eso trata la obra", asegura Kentridge.

Para poder realizar el gigantesco 'fresco' en blanco y negro, una suerte de Capilla Sixtina de muestra era, que lleva el título "Triunfos y lamentos", el artista tuvo que esperar casi cuatro años para que la burocracia de la ciudad le concediera la autorización.

Promovido por la asociación Tevereterno, completamente patrocinado con fondos privados, los murales serán inaugurados el 21 abril, el día en que Roma celebra su nacimiento, en el año 753 antes de Cristo, y marcado también por sombras y luces, por el fratricidio de Rómulo y Remo.

Dos días de conciertos gratuitos, con procesiones musicales a lo largo de ese céntrico trazo del río, permitirán a los romanos repasar la historia antigua y reciente de la ciudad, sus momentos grandiosos pero también aquellos penosos: la llegada del fascismo, las represalias en el gueto judío, el bombardeo del barrio San Lorenzo.

"Hace sólo unos pocos años estuve entre las glorias del Renacimiento y en la basílica de San Pedro, sobre una orilla del río y luego en el gueto judío, sobre la otra orilla. Nunca los había concebido juntos, ahora lo entiendo y soy consciente de que forman parte de un mismo proyecto, están conectados", confiesa.

"Al lado de un heroico Cicerón, (gran intelectual defensor del sistema republicano en el I siglo antes de Cristo, ndr) puse al dictador (Benito) Mussolini. Cicerón sale hecho añicos", comenta Kentridge, al ilustrar a lo largo de una caminata a pie algunos de los personajes que encarnan más de dos mil años de tensiones sociales.

Muchos de esos héroes, tiranos, santos y mendigos, ilustrados gracias a la técnica del "stencil", se desvanecerán "en unos cuatro a cinco años", sostiene, debido a la contaminación, las lluvias y el sol, para terminar cubiertos por el moho.

"Como nuestros propios recuerdos, hay cosas que tenemos que mantener y otras que pasan al olvido", admite.

Tras una larga investigación y una idea concebida hace unos 15 años, el artista seleccionó 500 imágenes de las que escogió 50.

"Al final fue una decisión personal, para nada cronológica. Hay figuras de la prehistoria, mitológicas, clásicas, medievales, renacentistas y modernas. Pier Paolo Pasolini y Marcello Mastroiani, pero también están los inmigrantes que se ahogaron en Lampedusa y que navegan en una galera romana" con esclavos, cuenta en el espacio dedicado a lo que dice podría ser el viaje al infierno cantado por Dante.

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