"A ras del cielo", un retrato íntimo y poético del circo contemporáneo

  • Magdalena Tsanis.

Magdalena Tsanis.

Madrid, 17 nov.- Cuando a Horacio Alcalá su madre le amenazaba con aquella frase, "¡como sigas así, vas a terminar en el circo!", no podía imaginar que su hijo no sólo pasaría siete años trabajando en el Circo del Sol, sino que rodaría un documental destinado a romper prejuicios sobre esta disciplina artística.

"A ras del cielo", que se estrena el 5 de diciembre en la Cineteca del Matadero de Madrid, es un retrato íntimo del circo a través de las historias de ocho artistas que "han elegido alguno de sus caminos" y representan distintas maneras de vivirlo, según explicó a Efe el director mexicano.

Desde su uso como herramienta terapéutica en talleres con mujeres en Palestina, a las vivencias, en primera línea, de los acróbatas del Circo del Sol, la película combina testimonios, música y poéticas exhibiciones en una estructura que recrea la de un espectáculo circense contemporáneo.

Fue allí, en la gran compañía canadiense, donde Horacio Alcalá se acercó por primera vez "a las entrañas" de este mundo, trabajando como productor y viajando alrededor del globo.

"Entré para poder pagarme un máster de cine en Florencia, calculando que serían ocho meses", recuerda. Y ya no se pudo desenganchar.

En un avión de Madrid a Düsseldorf pensó que no había visto nunca un documental sobre los artistas del circo; sí sobre el espectáculo, pero no acerca de lo que les impulsa, sus ambiciones, sus miedos, sus dudas y sus sentimientos sobre el trapecio o la cuerda floja.

Así que se puso a ello, a planear la historia, a buscar financiación y a viajar por escuelas de circo de distintos países en busca de los candidatos idóneos.

Y así encontró a Jonathan, un joven universitario británico, hijo de un abogado y una médico, que descubrió bajo la carpa su verdadera vocación, con una especialidad, el aro, que lo acerca mucho a la danza.

O a la holandesa Saar. "Cuando la vi por primera vez, pensé que no era la persona que quería retratar", confiesa el director, hasta que se subió a las "tres cuerdas", una modalidad acrobática propia, y se convirtió "en una fiera".

También hay un español, Antonio, que ofrece una de las caras más duras del oficio, ya que, justo antes de empezar a rodar, sufrió un accidente en el trapecio, se le resbalaron las manos de las de su compañero que lo agarraba.

Alcalá se pasó dos años siguiendo la vida de cada uno de ellos, trabajándose la cercanía y la cotidianeidad necesaria para poder acceder a su capa más íntima. Grabó horas de conversaciones, de las que se ha quedado con algunos extractos que ofrecen esa naturalidad.

La dureza de la disciplina, física y psicológica, y el increíble y bello desafío a las leyes de la gravedad aparecen como la cara y la cruz de un oficio que el director, sentado en la primera fila de una sala de proyecciones vacía, insiste en normalizar.

"Afortunadamente, hoy los chicos pueden elegir entre ser médico, abogado o acróbata", dice. "Con su dosis de bohemia y de vida ambulante, pero el circo es hoy una gran industria", que tiene cabida en cruceros, teatros e incluso en espectáculos operísticos.

"A ras de cielo" se proyectará el próximo jueves dentro de la programación de Madrid Premiere Week, en el Cine Callao de la capital española y en diciembre en el Matadero de Madrid.

La película ha sido además vendida a Canal +, y se presentará en enero del año que viene en el Festival de Cine de Palm Springs (EEUU), y en marzo en el de Guadalajara, en México.

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