"Adorables criaturas", mujeres atrapadas por su tiempo en la España del XIX

  • Dolores Payás, guionista y directora de cine, desembarca en la literatura con "Adorables criaturas", una novela que lleva a dos mujeres inglesas a una provinciana España de finales del siglo XIX poco o nada preparada para el feminismo que viene de Europa y cuyos personajes "están atrapados por su tiempo".

Madrid, 17 mar.- Dolores Payás, guionista y directora de cine, desembarca en la literatura con "Adorables criaturas", una novela que lleva a dos mujeres inglesas a una provinciana España de finales del siglo XIX poco o nada preparada para el feminismo que viene de Europa y cuyos personajes "están atrapados por su tiempo".

"Lo que puede parecer una novela de época, de entretenimiento, esconde un alegato político que reivindica la dignidad de las mujeres, asegura Payás en una entrevista con Efe.

La escritora reivindica la aproximación contemporánea de su libro: "Aún somos hijos del siglo XIX, sobre todo en España. Cuando recuerdo mi infancia veo que fue del siglo XIX, no del XX. Nos saltamos una época y eso se nota mucho".

El título del libro es "sardónico", confiesa Dolores Payas, que ha querido aludir así "a la visión que tienen los hombres de las mujeres, como una bella prolongación de sí mismos".

La trama relata el regreso a España de León de Ubach, caballero progresista e industrial modelo, que vuelve de Inglaterra con una bella y jovencísima esposa, acompañada de su emancipada hermana, sufragista en Londres, y una antigua institutriz. Cuando nace el primogénito, una enigmática nodriza llegará a la casa provocando un gran rechazo en la madre, a la que diagnostican histeria aguda.

La novela, editada por Planeta, se construye a partir de un encuentro simbólico: el de la nodriza, personaje obsoleto condenado a desaparecer, y la activista, mujer nueva que lucha para existir y perpetuarse.

"Es también una novela coral. Todos los personajes son símbolos de su época", asegura la autora, que dice haber sido "muy comprensiva" con todos ellos porque los hombres, al igual que las mujeres, "están atrapados en su tiempo".

Por eso, aunque parece una novela de entretenimiento, "Adorables criaturas" es también una obra "denuncia", indica la autora, que eligió finales del siglo XIX "porque supuso un punto de inflexión en el que se articula el movimiento feminista y surge una mujer nueva".

Pero, sostiene Payás, esa época tiene los mismos discursos que los que hay en la actualidad: "En mi historia, las mujeres llevan corsé pero la aproximación es totalmente moderna. Es una época muy cercana a nosotros: los discursos son exactamente los mismos.

La escritora es una gran aficionada a "la genealogía de las mujeres, su historia, un tema fascinante que se ha tocado muy poco", explica. Por eso, la novela nació hace muchos años cuando comenzó a estudiar este campo y se quedó "clavada en el siglo XIX".

Junto a la sufragista, modelo de la nueva mujer, aparece una institutriz, que era en esa época "una burguesa en estado de necesidad y con muy pocas alternativas", recuerda Payás.

También está la mujer que se casa por dinero, la protagonista, y el modelo que representa su marido, un hombre que se tiene por progresista pero que no lo es suficientemente.

Dividida en dos partes desde un punto de vista dramático, la primera parte del libro es costumbrista: muestra el devenir cotidiano y amable de una familia burguesa. Tras la partida de la hermana sufragista, la historia adquiere un ritmo pesado, sombrío y opresivo.

"Los años que he sido guionista me han dado una disciplina visual a la hora de escribir que tiene como resultado la plasticidad del lenguaje y planos muy marcados", indica Payás, que dirigió los largometrajes "Me llamo Tessa" y "Mejor que nunca".

El sexo tiene en la novela un marcado carácter de "elemento rompedor" en la burguesía de la época.

"La burguesía quiere domesticar la naturaleza, pulir la superficie. Tiene miedo a la naturaleza y el sexo es liberador, es la naturaleza en estado puro", explica la autora.

Por eso, "bajo esta superficie tan pulida introduzco el elemento perturbador del sexo y lo utilizo como un elemento dramático que rompe".

En la novela se recuerda también lo que se denominó histeria que, dice Payás, fue "un invento de los hombres para catalogar a las mujeres rebeldes, a la mujer que quiere escaparse. Según los médicos, la histeria eran furores uterinos y para combatirla se aplicaban tratamientos brutalmente represivos que podían llegar a la histerectomía".

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