Aguilar, tras cortar una oreja a un "victorino" en Madrid: "ojalá me sirva"

  • El torero Alberto Aguilar, el gran héroe de la tarde de hoy en Las Ventas al cortar una oreja de mucho peso a un toro de Victorino Martín, y estar a punto de abrir la Puerta Grande, espera que este triunfo en Madrid le permita encarrilar su temporada: "ojalá me sirva porque me hace mucha falta".

Javier López

Madrid, 8 jun.- El torero Alberto Aguilar, el gran héroe de la tarde de hoy en Las Ventas al cortar una oreja de mucho peso a un toro de Victorino Martín, y estar a punto de abrir la Puerta Grande, espera que este triunfo en Madrid le permita encarrilar su temporada: "ojalá me sirva porque me hace mucha falta".

"Estoy muy contento. Cortar una oreja a un "victorino" en Las Ventas es increíble. Dios quiera que tenga la repercusión que se merece, pues se ha visto que no venía a pasar la tarde, todo lo contrario, he venido a apostar, a dar la cara y a que la gente saliera hablando de mí", señaló Aguilar a Efe al finalizar la corrida.

"Creo que hoy he dado una impresión muy buena -continuó Aguilar- he 'tragado' una barbaridad, he estado muy firme con los dos toros, y he tirado mucho de sus embestidas, de ahí que hayan sacado lo bueno que llevaban dentro, que no era fácil".

Una oreja de las que se llaman de peso, pues Aguilar firmó una de las faenas más importantes del último mes de toros en Madrid, por valor, seguridad, verdad y aplomo.

"Es lo que había que hacer en una corrida de "victorino" y encima en un marco tan maravilloso como es esta plaza de Las Ventas. Con la verdad por delante puedes llegar a donde quieras, y aunque me está costando un mundo abrirme paso, no voy a cambiar nada de mi forma de concebir el toreo", enfatizó.

El único lunar de su actuación, la espada en el último toro de la tarde. Una media estocada que hizo que el toro tardara en caer, lo que enfrió sobremanera los tendidos, y por eso lo que pudo ser una oreja que le habría posibilitado salir a hombros, se convirtió finalmente en una clamorosa vuelta al ruedo.

"Ha sido una pena porque si hubiera caído la espada un poquito más honda yo creo que estaríamos hablando de la Puerta Grande, que la necesitaba como una agua de mayo, pero bueno, me quedo con la actitud demostrada y sobre todo lo que he tenido que 'tragar', algo que me reconforta mucho y me da mucha moral", finalizó.

El primer espada, Antonio Ferrera, que firmó algún pasaje suelto de cierta enjundia en su primero, sin embargo, no consiguió redondear nada del otro mundo.

"No ha sido la tarde soñada, sobre todo porque he estado francamente mal con la espada, pero creo que la actitud se ha visto, he estado muy entregado y ha habido cosas de mucha firmeza para intentar estar siempre por encima de los toros, y pienso que si mato bien a mi primero hubiera pasado algo más. Otra vez será", declaró.

Por su parte Diego Urdiales pasó de puntillas por Madrid, también porque a sus manos fue a parar el lote menos propicio en conjunto, pero, en su opinión, el problema fue que "no se me ha valorado el esfuerzo que he hecho".

"No entiendo nada. Mi primero todo el mundo ha visto que ha sido imposible 'meterle mano'; y con el quinto he hecho un gran esfuerzo a base de darme con los pitones en los muslos para conseguir pases muy lentos. Pero ni con ese arrimón tan sincero la gente ha estado de acuerdo", manifestó Urdiales.

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