Al mundo no le falta poesía, sino calma para reparar en ella, dice Ismael Serrano

  • Bogotá.- Pese a que en una de las canciones de su último disco admite no ser ya aquel "muchacho con relámpagos en los ojos" para observar la realidad que le rodea, el cantautor español Ismael Serrano considera que al mundo no le falta poesía, sino "la calma necesaria para reparar en ella".

El cantautor Ismael Serrano lanza su nuevo álbum "Acuérdate de Vivir" en Colombia
El cantautor Ismael Serrano lanza su nuevo álbum "Acuérdate de Vivir" en Colombia

Bogotá.- Pese a que en una de las canciones de su último disco admite no ser ya aquel "muchacho con relámpagos en los ojos" para observar la realidad que le rodea, el cantautor español Ismael Serrano considera que al mundo no le falta poesía, sino "la calma necesaria para reparar en ella".

"Nuestra vida tiene poesía en las pequeñas cosas. Nuestras pequeñas batallas están cargadas de una épica de la que no siempre somos conscientes. Quizá falta que reparemos en ella con la atención y tranquilidad que realmente merece", explicó hoy el músico en una entrevista con Efe en Bogotá.

Será en esta ciudad donde el artista, uno de los representantes de la nueva generación de cantautores españoles de los años noventa, empezará este miércoles 6 una gira que le llevará también a Cali y Medellín para presentar ante el público colombiano su más reciente disco, "Acuérdate de vivir".

"Creo que nos hemos olvidado de vivir, o pensamos que vivir conlleva una cierta resignación, como si creyéramos que ciertos fracasos son ineludibles, que hay que renunciar a los sueños y asumir estoicamente el papel que se nos asigna", señaló.

Al otro lado de la ventana, el cielo bogotano se cubre de nubarrones grises y melancólicos, como la letra de su canción "Balance", donde este madrileño de 36 años admite "conservar miedos por los que aún debo cantar, aún siento el vértigo helado al echar la vista atrás".

Y es que a su juicio, para asumir retos nuevos es necesario mirar al pasado, pero no con resignación ni temor, sino para hacer un repaso de lo aprendido, lo perdido y lo encontrado. "A veces uno tiene que detenerse y recordar que debe vivir", dijo.

"Yo soy un militante de la memoria, creo en ella, pero no desde la nostalgia -añadió-. Aunque la música sea territorio de la nostalgia, creo en ella como herramienta de futuro, para rescatar la identidad, para saber quién eres y qué cosas te quedan por hacer".

Sueños que aún conserva pese a llevar ya más de una década sobre los escenarios, donde aún se encuentra "al chaval que tenía 21 años y empezó a grabar su primer disco".

Reconocido en el mundo por canciones como "Papá cuéntame otra vez" y "Vértigo", Serrano es considerado heredero de cantautores como Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute o Silvio Rodríguez.

En ellos, confiesa, encontró la posibilidad de "sentir que en mis pequeños fracasos y en mis pequeños éxitos había una heroicidad maravillosa, que le daba sentido e intensidad a las cosas".

"A mí siempre me ha gustado contar historias, me gusta entender al cantautor como cronista social y sentimental del tiempo que le toca vivir, desde la emoción, desde la poesía", aseveró.

Hijo de un periodista y poeta, Serrano trata de dar a sus puestas en escena "un cierto aire teatral", porque "precisamente eso es el juglar, el trovador, el que contaba historias no desde la objetividad y lejanía, sino implicándose, sintiendo como propias las luchas, las tragedias, las alegrías y las esperanzas ajenas".

Al igual que en "Vértigo", cuando recordaba "lo sano que es arrancarte esa risa", una de las emociones que más le "abruman" es descubrir que sus canciones han conseguido marcar un instante en la vida de otra persona.

"Es lo que da sentido al oficio, es la magia de la canción. Se generan vínculos con gente que vive lejos de ti, otras realidades, otra vida. Y sin embargo te das cuenta que la música incide en lo que nos une, más que en lo que nos separa", recalcó.

Y si bien su nuevo disco, el décimo segundo de su carrera, insta a echar la vista atrás, Serrano invitó a esa nueva generación de jóvenes azotada por la crisis a no asumir un papel de espectador, sino a cuestionarse la realidad, aunque sea casi imposible "cuando ciertos derechos, como trabajar, se han convertido en privilegios".

"En momentos de crisis, la realidad no gusta un carajo. Pero todo puede cambiar, puede ser la oportunidad para reformular el modelo", opinó, recordando que, al igual que durante la dictadura franquista la música fue altavoz de las demandas de libertad, ahora debe ser el faro que "contribuya a cambiar el sistema en que vivimos".

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