Amaia Salamanca parece inmune a la crisis que sufre el sector audiovisual en España. La actriz triunfa en televisión con la serie Gran Hotel y regresa al cine con ¡Atraco!, donde encarna a una guapa enfermera que enamora a uno de los ladrones de las joyas de Eva Perón.
La película de Eduard Cortés le ha permitido a Salamanca ponerse en la piel de Teresa, una mujer joven de la España de los años 50. Un trabajo para el que no ha necesitado demasiada investigación.
"La vitalidad, la dulzura y la eterna sonrisa de mi personaje pueden ser los mismos que los que puede tener una persona actual", reconoce.
"Lo que sí me ha ayudado a introducirme en la época es verme vestida de enfermera con todo ese atrezzo y ese maquillaje", añade.
La estrella de la televisión también desvela que ha buceado en internet para conocer las costumbres de la posguerra española.
"Youtube me ayudó a ver cómo eran los bailes de la época y a descubrir la manera de divertirse de la gente. Era totalmente opuesta a la actual", admite.
Eduard Cortés, el director de ¡Atraco!, parece encantado con el trabajo de la actriz en el largometraje. El realizador buscaba "a una Claudia Cardinale que apareciera como un ángel en determinados momentos", y ha encontrado a "una actriz con mucho potencial", según explica.
Unas cualidades interpretativas que han pasado desapercibidas para algunos críticos, empeñados en seguir considerando a la protagonista de Gran Hotel como una simple cara bonita.
La propia Amaia Salamanca reconoce que su atractivo fue importante en sus comienzos, aunque tenga sus peligros.
"A la hora de entrar en mi primera serie, SMS, supongo que sí influyó el físico, porque no había estudiado interpretación en mi vida. No obstante, siempre es un arma de doble filo; y necesitas trabajo y esfuerzo para mantenerte", afirma.
Sin embargo, la actriz es la primera que se rinde ante un rostro bello.
"Tengo que reconocer que cuando veo a Brad Pitt se me cae la baba", confiesa entre risas.
Salamanca tampoco reniega de la enorme popularidad que le ha otorgado su trabajo en la pequeña pantalla.
"La televisión da esa fama que espanta un poquito, especialmente cuando se refiere a tu vida privada.No obstante, me ha permitido tener un público muy fiel que te ve desde su casa. Es lógico que luego te reconozcan en la calle y te pidan un autógrafo o una foto. Al fin y al cabo, tú te has metido antes en sus hogares", explica.
Amaia Salamanca se encuentra contenta con su trabajo en España y parece poco probable que inicie una carrera en Estados Unidos, como hicieron Penélope Cruz y Javier Bardem.
"Aquí, me siento querida y no necesito ir a Hollywood, aunque como actriz me interese actuar en otras partes del mundo", declara. Su actitud contrasta con la de Óscar Jaenada, su compañero en ¡Atraco!
El actor, que interpreta en la película a un policía muy religioso, ya lleva unos años trabajando en el extranjero.
"Empecé a buscar otros mercados, no porque me dejara de interesar el español, sino porque éste sufría mucho, estaba muy apaleado. Creo que hemos tenido un poco de dejadez artística y ahora se ven los resultados", concluye.
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