"Amigos hasta la muerte", la primera obra con seguro de risa

Madrid, 27 ago.- Javier Veiga escribió en 2009 "Amigos hasta la muerte", que dirigió e interpretó junto a Jorge Sanz y Mèlanie Olivares durante varios meses, y en su vuelta, ahora con Fele Martínez y Marta Hazas, está tan seguro de su efecto, que ha suscrito un seguro por si alguien no se ríe con la obra.

Cuando hace un año decidió recuperarla con Hazas y Martínez, que ahora la estrenan en el Muñoz Seca tras una gira por España, se le ocurrió consultar la factibilidad de un seguro "de risa" y a Europe Assistance "le encantó la idea", explica Veiga en declaraciones a Efe.

Desde entonces, asegura ufano, nadie se ha levantado a mitad de la función -una de las condiciones para pedir el reembolso de la entrada- alegando que no se ha reído.

De hecho, el autor y director tiene dicho en taquilla que, si ocurriera, le digan a la persona que no se ha reído que le espere a la salida para hacerse una foto con él "¡y colgarla en Twitter!", dice.

"Es muy difícil permanecer serio, porque la historia, que sería un dramón si estuviera contada de otra forma, es sobre el mal ajeno, y a todos nos gusta reírnos de eso. La gente no va a sonreír cuando la vea, sino a reirse a carcajadas", promete.

Veiga -popular gracias a El Club de la Comedia- habla en "Amigos de la muerte" de amistad, una "pasión" a la que se "hace poco caso" y que sólo aparece en películas del oeste, de guerra y de submarinos, bromea.

El quería escribir sobre la amistad porque, asegura, es una relación que genera "tantas pasiones, sustos e historias, como las de amor o las familiares, a las que todo el mundo dedica tanta atención".

Asumir el papel de autor, director e intérprete le parece "muy natural", porque, argumenta, le gusta escribir historias y contarlas "en primera persona. Soy un actor que escribe, y lo hago sobre cosas cercanas", resume.

En la obra interpreta a Ángel, la pareja de Hazas -"Bandolera"-, y ambos son amigos de Martínez -"Gran hotel"-. Juntos han de enfrentarse a una dura prueba que superan, en giros inesperados, gracias a su deseo de vivir.-