Arnaldo otegi denuncia que los colores "están prohibidos" en su correspondencia desde prisión

El exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi ha denunciado públicamente que los colores "están prohibidos" en su correspondencia desde prisión, que solo puede enviar en folios blancos porque son más fáciles de leer y fotocopiar.
Otegi ha lanzado esta denuncia desde su blog personal, en un escrito titulado "Los colores están prohibidos en la cárcel" y que ilustra con una imagen suya retocada en varios tonos.
Según explica, le han informado de que solo podrá enviar correspondencia en folios blancos por un motivo "técnico-logístico: las cartas escritas en folios de colores son muy difíciles de fotocopiar y leer(sic)".
Otegi reproduce un relato que Eduardo Galeano escribió en 1976, basado en hechos reales y titulado "Pájaros prohibidos".
El relato describe cómo los presos políticos uruguayos no pueden "hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros".
"Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada a la cárcel. El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el domingo pasa. Didashkó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas: —¿Son naranjas? ¿qué frutas son? La niña lo hace callar: —Ssssshhhh. Y en secreto le explica: —Bobo, ¿no ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas".
Por eso, explica Otegi, ha advertido a sus compañeros que sus folios son blancos pero "llevan todos los colores del arco iris escondidos (sobre todo el rojo a fuerza de ser sinceros)… porque aunque ellas no lo sepan… el blanco no es sino la suma de todos los colores".
Otegi ya se ha quejado en varias ocasiones del control de sus comunicaciones en la prisión donde cumple condena. De hecho, el diputado de Amaiur Iker Urbina formuló el año pasado una pregunta al Gobierno sobre la supuesta filtración de conversaciones privadas del exdirigente de Batasuna.