65 artistas rusos contemporáneos para descubrir en el Centro Pompidou

Fueron reprimidos en su país e ignorados por Occidente: 65 artistas rusos anticonformistas renacen en el Centro Pompidou de París, en una muestra de 250 obras, de los años 1950 al fin de la perestroika.

La colección, constituida en buena medida en base a donaciones, incluye artistas hoy muy cotizados en Occidente, como Ilya y Emilia Kabakov o Erik Bulatov, pero la mayoría de los creadores presentados en la exposición "Kolletsia!", que estará abierta del 14 de septiembre al 27 de marzo, revelan un universo desconocido y a menudo mal comprendido del arte ruso del siglo XX.

Las obras fueron cedidas al Centro Pompidou por unos cuarenta donantes. En la mitad de los casos fueron los propios artistas y el resto proviene de coleccionistas entre los que figuran algunos de los hombres más ricos de Rusia.

"Todos estos artistas estaban afuera del sistema, en ruptura con la doctrina del realismo soviético", explica Nicolas Liucci-Goutnikov, curador de la muestra.

La mayoría exponían en los "kommunalka", los famosos apartamentos comunitarios. Una exposición independiente en un parque de Moscú en 1974 lleva el nombre "Bulldozer", en referencia a los medios empleados por las autoridades de la época para desmantelarla.

Tras un efímero deshielo en la era Nikita Jrushchov, se cierra el paréntesis y dos movimientos pasan a dominar el universo artístico de los años 1970: la escuela conceptualista de Moscú "mezcla de poesía, performance y artes" plásticas, y el "Sots Arts", que reinterpreta los códigos visuales de la propaganda soviética, como el Pop Art lo hizo con la publicidad.

La muestra es la prolongación lógica del acervo del Centro Pompidou, dueño de la mejor colección de arte ruso de la primera mitad del siglo XX.

"Estos artistas fueron muy ignorados en su país y en el extranjero", señala Bernard Blistène, director del Museo Nacional de Arte Moderno que aloja el Centro Pompidou. No había instituciones para respaldarlos, ni mercado del arte. La primera subasta tuvo lugar en 1988. "Hubo un malentendido en Occidente", observa Nicolas Liucci-Goutnikov, "los tomaron como seguidores" sin la creatividad de sus mayores.

Entre los post-suprematistas hay creadores tan originales como Vladimir Yankilewsky, exiliado en París y autor de grandes trípticos que mezclan primitivismo e investigación científica, o Yuri Zlotnikov, que buscó en la abstracción la forma de expresar los avances de la ciencia, especialmente cibernética.

"Kolletsia!" ofrece además la posibilidad de descubrir el único móvil de Francisco Infante-Arana, muchas de cuyas obras cinéticas no sobrevivieron. De padre español y madre rusa, el artista nacido en Vasilievka en 1943 fue miembro en los años 1960 y 70 del Grupo Movimiento fundado por Lev Nussberg.

Edouard Steinberg, también exiliado en Francia, mezcló misticismo y suprematismo, Alexander Kosolapov desvió la marca Marlboro para reemplazarla por Malevitch; también está Dmitri Prigov y sus juegos lingüísticos, considerado "fundador de la poesía visual" o las esculturas minimalistas de Igor Shelkovski.

El advenimiento de la perestroika a mediados de los años 1980 se traducirá por una efervescencia creativa y la influencia de una cultura underground, con jóvenes artistas como el grupo Pertsy de Moscú, Oleg Kotelnikov o Timur Novikov en Leningrado.

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