Artistas españoles despliegan las alas de "El Ángel Exterminador" en Bruselas

  • Bruselas.- "El Ángel Exterminador" desplegó hoy sus alas en Bruselas en una exposición de arte contemporáneo español que, tomando como referencia la película del cineasta Luis Buñuel, cuestiona los límites del espacio entre la claustrofobia y el potencial rompedor de la creatividad.

Artistas españoles despliegan las alas de "El Ángel Exterminador" en Bruselas
Artistas españoles despliegan las alas de "El Ángel Exterminador" en Bruselas

Bruselas.- "El Ángel Exterminador" desplegó hoy sus alas en Bruselas en una exposición de arte contemporáneo español que, tomando como referencia la película del cineasta Luis Buñuel, cuestiona los límites del espacio entre la claustrofobia y el potencial rompedor de la creatividad.

Enrique Marty, Bernardí Roig, Santiago Sierra, Rodrigo García, Lara Almarcegui y Dora García son algunos de los nombres que participan en esta muestra que, auspiciada por la presidencia española de la UE, mañana abrirá sus puertas hasta el 20 de junio en el Palacio de Bellas Artes de la capital belga, Bozar.

"Esta exposición no es pedagógica, ni dogmática, ni tiene moraleja", sostuvo su comisario, Fernando Castro, quien añadió que no ha tratado de imponer una idea a los artistas que participan en ella, sino construirla en torno a un pretexto "fuerte": Buñuel.

El cineasta aragonés señaló en sus memorias que el Ángel Exterminador que da nombre a su película -rodada en México en 1962- es "la imposibilidad inexplicable de satisfacer un pequeño deseo", el de salir de una habitación, en el caso de los burgueses que la protagonizan.

Este deseo irrealizable por causas desconocidas está también presente en "El Ángel Exterminador; Un espacio para el arte contemporáneo español", ya que, según el comisario, todos los artistas lo sienten al querer "cruzar un umbral" que lleva a un exterior inquietante y extraño.

La exposición también desprende un humor negro -muy al estilo de Buñuel- palpable en la irónica instalación de Mateo Maté, un salón donde los muebles están tapizados con estampado militar donde, desde la televisión, un general estadounidense explica cómo cocinar pavo para el día de Acción de Gracias.

También está presente en la mordaz "Serie Arquitecturas" de Concha Pérez, que muestran las "casas" de mendigos meticulosamente construidas con cartón, plástico y otros desechos entre los edificios de las grandes ciudades; o en "la Rendición de Breda" de Jaume Pitarch, un puzzle del famoso lienzo de Velázquez donde la mayoría de las fichas están, en realidad, en blanco.

Sin embargo, la angustia que provoca los límites del espacio es la protagonista indiscutible de la muestra, como la que trasmiten las esculturas hipernaturalistas de Enrique Marty, una pareja enana de cuerpos desnudos, pero cubiertos de heridas, cuyos ojos parecen realmente llorar. Incluso el pequeño tamaño de la sala de exposiciones contribuye a reforzar la claustrofobia.

La presidenta de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (Seacex), Charo Otegui, aseguró que esta "restricción" se convirtió en una oportunidad para demostrar la creatividad innata en el carácter de los españoles, materializada en un montaje que aprovecha y da valor a todo el espacio de la muestra.

Dentro del contexto de una Presidencia española de la UE marcada por la crisis, Otegui reivindicó esta capacidad de sus paisanos que, a lo largo de su "turbulenta" historia, han demostrado que "ponen en marcha todos sus mecanismos de creatividad en las situaciones más difíciles".

Además, la catedrática señaló que los españoles son sus "máximos críticos", que tienden siempre a poner de relieve sus contradicciones y a pintar un ambiente "muy en blanco y negro", por lo que reivindicó la voluntad de salir de esa claustrofobia.

"Hay un cierto ángel exterminador que todavía nos sobrevuela; sería interesante que consiguiéramos darnos cuenta de que sólo es un fantasma", reflexionó.

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