Baldeweg: El futuro de la arquitectura pasa por el territorio de lo semántico

  • El arquitecto y artista Juan Navarro Baldeweg piensa que el "futuro" de la arquitectura debe "moverse en el territorio de lo semántico", en la búsqueda de nuevos significados a los elementos rompiendo su "vínculo semántico" primigenio y colocándolos en otros contextos.

Santander, 13 ago.- El arquitecto y artista Juan Navarro Baldeweg piensa que el "futuro" de la arquitectura debe "moverse en el territorio de lo semántico", en la búsqueda de nuevos significados a los elementos rompiendo su "vínculo semántico" primigenio y colocándolos en otros contextos.

"El futuro de la arquitectura es moverse en la destrucción y recuperación de lo semántico", ha subrayado el creador santanderino en la conferencia con la que ha concluido un curso sobre su obra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Navarro Baldeweg, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1990, ha revisado ante a los alumnos las "conexiones" entre arte y arquitectura, las "contaminaciones y traspasos" que se suceden entre ambas disciplinas y se plasman en su propia trayectoria.

La semántica, la búsqueda de nuevos significados para objetos conocidos colocados en otros contextos, es uno de esos elementos que configuran su universo creativo.

La luz, la gravedad, el cuerpo humano como referencia en la arquitectura y las destrucciones completan las variables esenciales que, según dice, marcan su obra arquitectónica y pictórica y se repiten como un "tránsito" al que regresa "una y otra vez".

Es lo que ha llamado su "cabaña primitiva", su "constelación de constelaciones" o, dicho de otro modo, su "zodíaco", la palabra que da título a la retrospectiva que inaugurará en octubre en las salas del Museo ICO en Madrid.

Parte de esa obra ha conformado el recorrido que este creador, Medalla de Oro de las Bellas Artes (2007) y de Arquitectura (2008), ha realizado en la UIMP para desentrañar los vínculos entre el arte y su obra arquitectónica.

Vínculos como el que guarda su proyecto para la Biblioteca Hertziana de Roma, con la luz de una pintura del siglo XIX que permite "casi" ver el "movimiento" del sol sobre un perfil de la capital italiana en el que los edificios dominan el cuadro.

"La arquitectura es capaz de hacer que algunos lugares brillen de manera especial", ha comentado Navarro Baldeweg, que ha tomado esa luz del cuadro y la proyecta en la Biblioteca Hertziana, uniendo el doble significado de la iluminación física y del conocimiento.

Para el Instituto del Conocimiento de Amersfoort (Holanda), se inspiró en una obra del pintor Jacob van Ruisdael; en el Palacio de Congresos de Palma de Mallorca proyectó la "heterogeneidad" de una pintura de Miró cruzada por un solo trazo "unificador"; y en el Palacio de Congresos de Salamanca, las "rendijas" por las que se filtra la luz se inspiran en el trabajo de Gordon Matta Clark.

En otros casos, la inspiración nace de su propia obra pictórica, de los trabajos en los que explora la luz, que le han servido para "crear pequeños modelos" que ha trasladado después a su obra arquitectónica.

Una obra en la que, explica, la luz se convierte en un elemento constructivo más, "como un sillar o un ladrillo".

De la luz se sirve también para proyectar, por ejemplo, "un rayo de sol" bajo una cubierta y, así, la arquitectura se convierte también en "naturaleza".

En palabras de Navarro Baldeweg, "la arquitectura es naturaleza", pero también encierra "un deseo nunca extinguido de que el cuerpo", el ser humano, "se proyecte en lo construido".

A su juicio, las construcciones deben transmitir "lo que expresa el cuerpo" y, por eso, en sus últimos trabajos confiesa que se ha permitido dejar "explotar la mano", como si fuera "un grafitero educado".

E incluso, ha deslizado un "garabato" en el interior de otro de sus proyectos, la Casa Novartis, en Basilea, que contrasta con la pureza geométrica del edificio.

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