Bauhaus y Latinoamérica, la historia detrás de la nueva obra de Fragateiro

  • Ana Mengotti Bogotá, 2 ago. La artista plástica portuguesa Fernanda Fragateiro presenta en Bogotá la obra "Stones against Diamonds", una instalación en la que rinde homenaje y a la vez "traduce" los lazos de Anni y Josef Albers, miembros de la Bauhaus, con América Latina.

Ana Mengotti

Bogotá, 2 ago. La artista plástica portuguesa Fernanda Fragateiro presenta en Bogotá la obra "Stones against Diamonds", una instalación en la que rinde homenaje y a la vez "traduce" los lazos de Anni y Josef Albers, miembros de la Bauhaus, con América Latina.

Fragateiro (1962), con obra en colecciones como la Fundação Calouste Gulbenkian, de Lisboa, o la Fundación Helga de Alvear, de Cáceres (España), señaló hoy a Efe que decidió que el título de su nueva obra fuese en inglés porque piedras contra diamantes en español suena muy "agresivo" y tiene una connotación más política, mientras que ella buscaba algo no tan "obvio" y más poético.

Este nuevo proyecto de una artista que a lo largo de su carrera ha intervenido numerosos espacios públicos está, sin embargo, pensado para una galería, específicamente para NC de Bogotá, donde este sábado abre al público una exposición en la que ha colaborado la galería madrileña Elba Benítez.

Aunque se trata de un mismo "cuerpo de trabajo", tiene dos partes, situadas cada una en un ambiente de la galería.

Una parte recrea el trabajo del pintor y diseñador Josef Albers (1888-1976) y otra el de su esposa Anni (1899-1994), artista textil, los cuales formaron parte de la escuela alemana de arte y diseño Bauhaus y emigraron a Estados Unidos en 1933 después de su cierre por los nazis.

Los Albers, que en su primera etapa en EE.UU. enseñaron arte en la universidad Black Mountain (Carolina del Norte), hicieron viajes por América Latina y establecieron lazos con artistas y arquitectos de la región atraídos por la "efervescencia" del modernismo latinoamericano y la mezcla de culturas, la misma atracción que Fragateiro siente varias décadas después.

Fragateiro explica que como artista en "Stones against Diamonds" ha elegido viajar "a través de los ojos y la mirada" de los Albers.

Uno de los dos elementos de la exposición bogotana reinterpreta un tapiz encargado en 1967 a Anni Albers para el lobby del hotel Camino Real de la capital mexicana, una pieza desaparecida, de la que solo se conserva una fotografía.

Fragateiro ha "traducido", según sus palabras, el dibujo geométrico del tapiz sobre el suelo de la galería. La lana de color rojo que tejió Anni Albers es ahora un conjunto tridimensional de centenares de piezas de hormigón blanco que, con ayuda de otras situadas en las paredes, produce una variedad de efectos ópticos.

En la otra parte de la exposición, mucho más intimista, la artista portuguesa logra recrear, con la superposición de hojas de cuadernos de distintos tamaños y colores apoyadas en la pared sobre unos pedestales, los cuadros de Albers, un pintor abstracto y teórico del color que influyó mucho en el minimalismo.

Para Fragateiro, destacar el valor de Anni Albers como artista es parte importante de esta exposición, pues su trabajo es casi desconocido, como también lo es que el tapiz esté desaparecido, porque significa "transformar una ausencia en una presencia muy especial".

La atracción de la artista portuguesa por el modernismo en el arte y la arquitectura de América Latina, empezó por Brasil.

"Hace veinte años los artistas europeos no mirábamos a lo que se hacía en esta zona del mundo. Cuando descubrí el grado de sofisticación que existía, la mezcla de una cultura muy europea con algo muy local, me encantó", señaló a Efe.

Desde entonces el repensar obras de arte latinoamericanas o influidas por lo latinoamericano, como el tapiz de Albers, es uno de las señas de identidad de Fragateiro como artista.

"Me interesa construir espacios y ahora me interesa la historia del arte, que es también un espacio", dijo.

Durante muchos años Fragateiro, nacida en Montijo, localidad cercana a Lisboa, compaginó su carrera con la ilustración y con una página semanal para el público infantil en un diario lisboeta.

Lo hacía por razones económicas, pero también para "descansar la cabeza" y por su interés en plantear cuestiones filosóficas a los niños, porque son los que pueden "cambiar el mundo".

A ella ahora le gustaría cambiar la situación de Portugal, para que el Estado vuelva a tener "un compromiso con la creación, la investigación y la cultura", dijo.

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