Bayona arrasa en los Goya pero 'Tarde para la ira' se lleva el premio gordo

  • 'Un monstruo viene a verme' logra nueve premios, entre ellos mejor dirección, pero la irrupción estelar de Raúl Arévalo, mejor dirección novel y película, empaña su noche.

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L.Díaz

La 31º gala de los Goya ha cumplido con las expectativas y, salvo algún doblete inesperado, todos los pronósticos se han cumplido. Juan Antonio Bayona ha logrado acaparar nueve de los 28 premios que se entregaban esta noche, por lo que su emotivo 'blockbuster' no solo cumple en taquilla, sino que también logra el reconocimiento de la Academia de Cine.

Sus nueve cabezudos han estado ligados al apartado técnico, el que menos reconocimiento recibe por parte de la audiencia. La mejor música original, la mejor dirección de producción, la mejor dirección de fotografía, el mejor montaje, la mejor dirección artística, el mejor sonido, el mejor maquillaje, los mejores efectos especiales y, la joya de la corona, la mejor dirección para Bayona. Refrenda así la academia al director más internacional que tiene España en estos momentos y que pronto comenzará a grabar 'Jurassic World 2'.

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Aun así, Raúl Arévalo y su 'Tarde para la ira' quedarán como los triunfadores de la noche. Lograron hacerse con cuatro de las once categorías a las que optaban, entre ellas: mejor dirección novel para Arévalo, mejor actor de reparto para Manolo Solo, mejor guion original y mejor película. Lo gordo fue para una ópera prima que hace pensar que el actor y director tiene mucho recorrido.

Las 'perdedoras' de la 31º gala de los Goya han sido tres películas que partían con la intención de arrebatar protagonismo a las obras de Bayona y Arévalo, pero que se quedaron a medio camino. Tanto '1898, Los últimos de Filipinas', con 9 nominaciones y solo un Goya a mejor vestuario, como 'Que Dios nos perdone', con uno de seis, se quedaron sin el respaldo de la Academia. Pero fue 'El hombre de las mil caras' de Alberto Rodríguez, la que peor bagaje logró: de las diez candidaturas, se quedó con mejor guion adaptado y actor revelación.Emma Suárez hace doblete 

En el apartado actoral, Emma Suárez fue la gran estrella de la noche. Se llevó dos goyas por las actuaciones en 'Julieta', mejor actriz protagonista, y 'La próxima piel'. En el apartado masculino, Roberto Álamo fue nombrado mejor actor protagonista por su papel en 'Que Dios nos perdone' y Carlos Santos, mejor actor revelación, por 'El hombre de las mil caras'. La actriz revelación fue Ana Castillo por su papel en 'El olivo'.

Pero las miradas no estaban únicamente en los premios. Dani Rovira, que presentaba por tercera vez consecutiva la gala, era uno de los grandes atractivos de la noche. Empezó sin arriesgar demasiado tirando de las orejas al Gobierno, representado en exclusiva por el minsitro Iñígo Méndez de Vigo, e incluso se acordó de Donald Trump.

Para calmar las aguas decidió finalizar la noche asegurando que "Sí me ha merecido la pena presentar esta gala. Pero, por si acaso, el Twitter me lo quito". A escasos días de la gala aseguró que "Si no la llego a presentar, los cuatro borrachos infelices del Twitter se habrían salido con la suya. Primero, no me daba la gana de darles una victoria; y segundo, es que me gusta mucho presentar la gala, me lo paso muy bien y, además, puedo y la Academia quiere, pues ya está".

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Pero en pleno año 2017 es imposible que las redes sociales se lancen a comentar una ceremonia tan mediática como la vivida esta noche. El ingenio habitual que suele aflorar en las redes en ocasiones como hoy giró en torno a los estilismos, los discursos... y Dani Rovira. En especial su beso con su compañero en 'Ocho Apellidos...' y su nivel de inglés cuando se dirigió al director británico Ken Loach tuvieron gran repercusión en Twitter.

La gran fiesta del cine español se despide hasta el año que viene con una gala sin sobresaltos en la que una de las reivindicaciones más comunes fue la escasa paridad que existe en la industria. No solo Cuca Escribano, con su chal reivindicativo -"Más papeles femeninos", rezaba-, también Ana Belén en su discurso tras recibir el Goya honorífico recalcó esta idea. "A veces pienso que si no hicieran falta mujeres para interpretar a los personajes de mujeres, no estaríamos ni las que estamos", concluyó la veterana actriz.

Junto a la petición de más papeles femeninos se habló en varias ocasiones desde el escenario de la mala situación laboral de los actores en España. Entre ellos, Daniel Guzmán, ganador en 2016 del Goya a mejor director novel, recordó que "Ya que estamos con datos, solo el ocho por ciento de los actores de nuestro país puede vivir de su trabajo".Gala lenta y aburrida

Sobre la tercera gala presentada por el cómico malagueño, que cosechó sus peores datos de audiencia si se compara con las de 2015 y 2016, se caracterizó por su excesiva longitud y la escasa conexión narrativa de lo que se iba viendo en pantalla. No solo porque el guion facilitado a Rovira tirase de chiste fácil y de poco recorrido, también porque entre los innumerables premios concedidos se colaban espectáculos inconexos, como el protagonizado por Adrián Lastra y Manuela Vellés, que se marcaron un baile en el escenario sin ninguna presentación ni motivo aparente. Los interludios entre tandas de premios no tenían ninguna coherencia, aunque lo cierto es que Dani Rovira acotó su presencia en pantalla, lo que agilizó la gala en cierta medida.Críticas a Rajoy

En la fiesta del cine español también hubo hueco para la política. Entre los miembros del hemiciclo que se dejaron pasar por el Hotel Marriott Auditorium estaba Pablo Iglesias, ataviado de pajarita y traje, ya que "una vez al año no hace daño", según declaró el líder de la formación morada. También Albert Rivera, Manuela Carmena y Alberto Garzón posaron ante las cámaras.

Pero en el plano político destacó la crítica al presidente del Gobierno, que no asistió a la gala. Pero teniendo en cuenta que él mismo había dicho que no había visto ninguna de las películas favoritas, era normal el escaso entusiasmo de Mariano Rajoy.

Antonio de la Torre afirmó que "Obviamente no pienso que estén haciendo una política beneficiosa para el cine" y Roberto Álamo que "Me parece una falta de respeto que un presidente como Rajoy diga en público que no ve cine español". Ambos competían por la estatuilla a mejor actor. También Juan Antonio Bayona se acordó en su discurso de Rajoy subrayando que "La cultura es necesaria, sin la cultura seríamos incapaces de expresar cómo nos sentimos. Hay que apoyarla. Todos".

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