Bernard Minier cuestiona roles e identidades sexuales en su ópera prima

  • El francés Bernard Minier ha cuestionado los roles preconcebidos y las identidades sexuales de hombres y mujeres en su primera novela "Bajo el hielo", con la que se ha convertido en el autor "revelación" del genero negro en Europa.

Juan González

Gijón, 11 jul.- El francés Bernard Minier ha cuestionado los roles preconcebidos y las identidades sexuales de hombres y mujeres en su primera novela "Bajo el hielo", con la que se ha convertido en el autor "revelación" del genero negro en Europa.

Escrita al estilo de las novelas de los países nórdicos para una lectura trepidante, la novela parte de la hipótesis de que ningún crimen puede permanecer oculto para siempre y se adentra en una trama criminal en la que subyace un alegato en favor de la diversidad sexual y en contra de los roles tradicionales.

Así, los personajes masculinos tienen hábitos y desarrollan tareas que habitualmente se atribuyen al género femenino, y las mujeres son rudas, van en moto y usan armas de fuego.

Minier ha dicho hoy en la Semana negra de Gijón, donde participa como invitado, que ha buscado atrapar al lector desde la primera hasta la última página, pero sobre todo hacerle reflexionar sobre la posibilidad de que las cosas no sean como se espera, que "importa más el individuo que el grupo".

"Bajo hielo" es en última instancia una crítica a la sociedad francesa que, "aunque está sufriendo grandes mutaciones", permanece todavía atada a "discursos homófobos y xenófobos" que, según el autor, "le impiden avanzar".

Ganadora del premio Prix Polar en el año 2011, la ópera prima de Minier fue traducida a varios idiomas -en España ha sido publicada por Roca Editorial- y se ha convertido en un éxito de ventas en el mercado europeo.

El hallazgo de un caballo decapitado en una ladera helada de los Pirineos es la excusa que utiliza el autor para meter a personajes muy distintos en el clima social claustrofóbico de un pueblo de montaña.

Minier ha buscado sacar a la luz los prejuicios de cada uno de los personajes en la interacción de un grupo que comienza a vivir una pesadilla encerrado en un valle.

De un modo paralelo, el capitán Servaz y la psicóloga Berg quedan encerrados entre los muros del modo de vida de los habitantes del pequeño pueblo, cuyas existencias están marcadas por la soledad, el encierro, los miedos y el odio.

El autor ha atribuido formas de ser y de pensar diametralmente opuestas a los personajes del capitán y de su ayudante Esperandieu, para buscar un "contrapunto provocador".

Servaz es ferviente defensor del humanismo y la cultura clásica y reniega de la modernidad y las tecnologías, mientras que su ayudante es todo lo contrario: uno escucha a Wagner y el otro, rock independiente.

Esta dicotomía se presenta también entre otros personajes de la novela en un intento por "presentar un espectro bastante amplio de la sociedad", según ha explicado Minier.

El escritor ha inventado también un escenario de ficción sobre la base de un "lugar que existe en realidad" y que ha adaptado a las necesidades del relato de un decorado y una atmósfera especial.

La idea de la novela le surgió mientras veía un reportaje de televisión sobre una central hidroeléctrica que había sido construida en una excavación bajo la montaña a dos mil metros de altitud.

"Se trata de un lugar fascinante, terrible, hostil, desestabilizador, totalmente insólito que viene a ser un poco como otro planeta y eso era lo que necesitaba", ha afirmado. EFE.

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