¡Brindo por usted, Don Francisco Ayala!


  • Dos días después del día de los difuntos, un 3 de noviembre de 2009, fallecía en su casa de Madrid, Don Francisco Ayala (Granada, 1906 – Madrid, 2009). Atesoraba 103 años. Este miércoles, cumpliría uno más y, seguro, que brindaría con güisqui, como sus allegados rememoran cuando mencionaban el secreto de la longevidad del escritor y otrora académico de la Lengua, vinculado a la Generación literaria del 27.
Un año sin Francisco Ayala
Un año sin Francisco Ayala
Archivo Fundación Francisco Ayala
David González / Aviondepapel.tv / Foto: Archivo Fundación Francisco Ayala

"Ayala siempre nos contaba que cenaba dos güisquis y una manzana, lo que le permitía mantener una juventud perpetua. Incluso nuestro querido José Manuel Caballero Bonald decía que había que prescindir de todo lo demás, menos del güisqui", recuerda el poeta Luis García Montero.

Anécdotas aparte, García Montero, quien presentó los volúmenes completos de la autobiografía de Francisco Ayala, "Recuerdos y Olvidos" (1906-2006), "El tiempo y yo" y "De mis pasos en la tierra" (Galaxia Gutenberg, 2010), detalla que son un compendio intelectual de nuestro siglo XX, visto desde el testimonio privilegiado del autor granadino.

"El lector será testigo de los recuerdos de un escritor que nació en Granada en 1906 y murió después de recorrer la columna vertebral de la historia del siglo pasado, por España, Europa y América", añade García Montero.

El poeta nos pide que no olvidemos que Ayala creció con la Monarquía, maduró en el exilio y la dictadura franquista y dio la bienvenida a la España de la Democracia. Sin embargo, en estas memorias completas, Ayala también nos cuenta el tránsito biográfico de un joven muchacho en su estancia en Berlín, en pleno ascenso del nazismo, o su experiencia en la Argentina de Perón y de Jorge Luis Borges; o su viaje hacia la capital cultural del mundo, la ciudad de Nueva York de los años 60.

"Él no diferenciaba entre literatura y vida. En estos volúmenes también se recogen fragmentos de cómo escribía. Ayala estaba muy preocupado por el presente y de las noticias obtenía las anécdotas que luego convertiría en obra de arte literaria, como así hizo en`El jardín de las malicias´. No escribía desde el vacío, sino interpretando la realidad", menciona García Montero.

Don Francisco Ayala, en sus últimos años, recuerda el poeta, nunca revisitó su vida desde la nostalgia. Al contrario, miraba a esa pared que él denominaba "futuro" sin pensar en que cualquier tiempo pasado fue mejor. Ayala leía todos los días el periódico, porque le preocupaba el destino de sus nietos y bisnietos, el futuro de los demás, no el propio.

Novelista, cuentista, Premio Cervantes, académico de la Lengua, Ayala fue un "testigo lúcido del siglo XX", como recuerda García Montero. Su preocupación era el presente. En sus últimos años, incluso tuvo una página de Facebook gracias a una iniciativa de la Biblioteca Nacional. Bromeaba reiterando que la cena con dos güisquis y una manzana lo mantenía vivo, y que el agua había que beberla con moderación.

Hoy, por ello, habría que brindar por su legado literario y por su compromiso como intelectual y escritor. Y recuperar de nuevo, sus huellas biográficas por un siglo convulso como el pasado, entre sus recuerdos y olvidos.

Bueno sería la lectura cronológica de sus obras. Empezar con "El boxeador y el ángel", proseguir con "El hechizado", avanzar con "Cazador en el alba", hasta sus libros más maduros, como "El caballero granadino y otros relatos". Y brindar, a la hora de la cena.

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