Caín y Abel, el primer libro de novela negra de la historia

  • León.- El asesinato de Caín a Abel, recogido en el libro del Génesis, perteneciente a la Biblia, y en el que Yavhé actúa de juez tras interrogar y condenar al malhechor, sería la primera narración que reúne los elementos de una novela negra.

Caín y Abel: el primer libro de novela negra de la historia
Caín y Abel: el primer libro de novela negra de la historia

León.- El asesinato de Caín a Abel, recogido en el libro del Génesis, perteneciente a la Biblia, y en el que Yavhé actúa de juez tras interrogar y condenar al malhechor, sería la primera narración que reúne los elementos de una novela negra.

Así lo ha manifestado hoy el catedrático de Filología Inglesa de la Universidad de León José Luis Chamosa, en una conferencia que ha pronunciado en el segundo Congreso Internacional de Ficción Criminal de la capital leonesa, en la que ha incidido en que este relato bíblico reúne algunos de los elementos que caracterizan este género literario, entre ellos, el principal, como es la presencia de un asesinato.

Precisamente, es a partir de este hecho, la muerte, sobre el que estriba el argumento de las grandes obras de este género, encuadradas en una realidad social que algunas definen con precisión, compuestas por una o varias tramas y sustentadas por una serie de personajes de toda clase social.

Detrás de algunas, se incluye una profunda reflexión sobre la naturaleza humana y sobre cómo cualquiera, ante una situación extrema, puede dejar de ser dueño de sus actos, de las consecuencias y la intensidad de los mismos y llegar a matar, ha explicado Chamosa en referencia al trasfondo de las obras de la escritora británica P.D. James (1920).

Este asesinato, la "clave" de estas novelas, ha sido contado de diferentes formas, algunas de ellas constantes y permanentes a lo largo de los años a pesar de la evolución acontecida en el género en sus diferentes formatos.

El profesor titular de Filología Inglesa de la Universidad de Vigo, Martín Urdiales, ha disertado sobre los relatos del escritor estadounidense Edgar Allah Poe (1809-1849) y Guy de Maupassant (1850-1893), los cuales se estructuran muchas veces a partir de estas formas frecuentes, entre los que se encuentra la confesión del criminal narrada en primera persona o la descripción de los hechos por parte de los investigadores.

Detrás de estas historias se encuentran también alusiones a las creencias populares de la época, en la que estaba extendida la creencia en la telequinesia -desplazamiento de objetos con la fuerza mental- o en la frenología, una doctrina que aseguraba que el cerebro estaba dividido en veintisiete regiones independientes que, en suma, conformaban la personalidad del individuo.

Citada en novelas de Arthur Conan Doyle (célebre por la creación del personaje de Sherlock Holmes), Wilkie Collins o incluso en el Drácula de Bram Stoker, se creía que con esta última práctica se podían medir variables como, por ejemplo, el potencial criminal de una persona.

Si bien la novela policiaca narra historias de ficción, en algunas ocasiones se sirve de una situación real para ubicar las diferentes historias que la conforman, como en el caso de la nueva literatura de este tipo que se está cultivando en centroamérica.

La profesora de la estadounidense Universidad de California, Virginia Adán Lifante, ha explicado que en los últimos tiempos se han publicado una serie de obras escritas y audiovisuales acerca de los asesinatos de mujeres acaecidos en la mexicana Ciudad Juárez.

Tomando como referencia este hecho y aplicando las características propias del género policial, una serie de autores nacidos en Estados Unidos, pero de antepasados mexicanos han narrado cómo se producen estas muertes, así como el contexto social de dificultades económicas en el que sobreviven las víctimas, ha detallado a Efe.

También encuadradas en centroamérica y con una carga de crítica a la política que allí se practica están una serie de novelas que narran la reconversión de antiguos miembros de escuadrones de combate de El Salvador y de Guatemala en sicarios y miembros de cárteles de drogas, ha afirmado a Efe el profesor de la Universidad Autónoma de México, José Eduardo Serrato.

Este hecho, que no ha encontrado prácticamente espacio en la prensa internacional y sobre el que versan estas publicaciones, ha hecho que "Ciudad Juárez sea más peligrosa que Kabul" o que se hayan asesinado más periodistas por sus publicaciones en centroamérica que en Afganistán, ha concluido.

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