Calvin Klein Collection y Ralph Lauren o cómo el glamur sobrevivió a la nieve

  • Media ciudad se colapsó con el temporal, pero la moda siguió adelante. Nueva York despidió hoy su Fashion Week más fría y nevada refugiándose en la cachemira o el mohair tejidos por Francisco Costa para Calvin Klein Collection y la dicotomía entre juventud flúor y elegancia señorial de Ralph Lauren.

Mateo Sancho Cardiel

Nueva York, 13 feb.- Media ciudad se colapsó con el temporal, pero la moda siguió adelante. Nueva York despidió hoy su Fashion Week más fría y nevada refugiándose en la cachemira o el mohair tejidos por Francisco Costa para Calvin Klein Collection y la dicotomía entre juventud flúor y elegancia señorial de Ralph Lauren.

El brasileño, recién pasados los fastos de su décimo aniversario trabajando para la marca, ha sentido la necesidad de volver a la infancia en su nueva propuesta para otoño/invierno, inspirado por dos artistas que la han retratado recientemente: la fotógrafa alemana Loretta Lux y la apoteosis de ovillos multicolor del estadounidense Mike Kelley.

"Eso detonó la chispa de los recuerdos de mi infancia. De los juegos, de la diversión. De una ropa con hilos de lana muy intrincados y en el que ningún color quedaba excluido", explica a Efe Francisco Costa.

Sobre la pasarela se vive un viaje al campo, a unos materiales que, aunque están exquisitamente trabajados, dan el aspecto opuesto: el de haber sido prácticamente aplicados a las modelos nada más esquilar al animal, y a unos colores que amplían la paleta pero, Costa siempre es Costa, están muy dominados por el sobrio gris marengo o el sutil marfil, aunque se cuele un naranja intenso.

"Es una vuelta a los básicos, pero a unos básicos verdaderamente lujosos. Jerséis muy grandes y muy amplios, con mucha lana y muchos colores, abrigos muy acogedores pero ligeros de peso gracias a un mohair muy amoroso y un uso del color inusual para nosotros. Un color siempre mezclado, muy divertido", desglosa el diseñador brasileño.

Aficionado a dejar las costuras vistas, a transmitir sensación de "non finito", Costa esta vez otorga a ese minimalismo del que hace bandera Calvin Klein un elemento nuevo. "Siempre hacemos una aproximación reduccionista en esta marca. A veces más, a veces menos... pero esta vez estamos explorando un área nueva, la suavidad, y eso es muy emocionante", explica.

Esa suavidad hace un curioso efecto óptico, pues sobre lo que aparentemente son gruesos materiales, Costa maneja conceptos como el plisado o la transparencia. Un juego de gravedades y ligerezas en el que se cuelan también de manera más sutil lo que son dos tendencias claras de la próxima temporada: los flecos y el eco andino.

Elementos que podrían dar a la mujer un aspecto más zarrapastroso, pero que en las manos de Costa tiene un efecto sin prejuicios y sensual. "La sensualidad es parte de la casa. En este desfile encontramos una mujer urbana, muy actual, muy hermosa, pero ligeramente gitana. Es muy ecléctica, muy libre", concluye.

Por su parte, el neoyorquino Ralph Lauren siguió presentando de manera consecutiva sus dos líneas: la juvenil Polo y la señorial Ralph Lauren Collection. Una flexibilidad creativa que le ha granjeado su puesto en el olimpo de los diseñadores estadounidenses.

"Me encanta el contraste entre el espíritu ecléctico y 'cool' de Polo y el lujo y el glamur moderno de la línea Collection", asegura el diseñador de 74 años.

Efectivamente, con la primera de ellas, Lauren no duda en mezclar elementos tan dispares como las boinas parisinas y el look colegial con la falda de cuero y los leggins negros rematados con chaquetas flúor que mutan hacia el cuello de tortuga, el cuadro escocés y el "look" Woodstock.

Se confirma en esta última jornada de la Semana de la Moda que las chicas bien darán el próximo otoño/invierno más de un disgusto a sus madres queriendo parecer "groupies" de bandas folk, aunque vengan avaladas por ese jugador de polo que hace las delicias de las clases conservadoras.

En la otra cara de la moneda, la sobriedad monocromática se apodera de una Ralph Lauren Collection, que se abre con un blanco níveo, como de diosa griega esculpida en mármol, con los pliegues como si fueran paños mojados, con una delicada semicapa y el hombro al aire. El festival de elegancia de su diseñador no ha hecho más que comenzar.

La monocromía extrema desde esa cabeza con gorros de lana a unos pies con deportivas de cuero pasa por el marfil, el rosa palo, el gris perla, un malva tenue... La cachemira predomina en jerséis, ponchos e incluso leggins, aunque la aparición puntual de la lana de oveja de Mongolia se lleva todas las miradas en los abrigos.

Llegan los vestidos, la mujer parece dejar el invierno y aparece cada vez más escueta. Un cruzado mágico en el corpiño, un cuello trepanado o un palabra de honor que rompe su sencillez con el vuelo de una falda que es obra de invisible ingeniería. Estructuras precisas entre la vigencia, la atemporalidad y la vanguardia. Larga vida a Ralph Lauren.

Y la Semana de la Moda se cerrará con otra pregunta: ¿Larga vida a Marc Jacobs? Esta noche presentará su primer desfile desde que decidiera que Louis Vuitton no le dejaba concentrarse en su propia firma. Una manera de cerrar esta Fashion Week con un "continuará...".

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